La diabetes se ha vuelto una enfermedad cada vez más común. Nuestra dieta ha cambiado drásticamente en los últimos cien años, y esta puede estar directamente relacionada con la diabetes tipo 2. Dicha enfermedad afecta la manera en que las personas usan y almacenan la insulina.
La diabetes tipo 1 usualmente comienza al nacer y no se puede controlar sólo con dieta. Las personas con esta enfermedad tienen un páncreas que no funciona correctamente; es decir, no produce nada de insulina. Estos pacientes necesariamente dependen de inyecciones o bombas de insulina.
La diabetes tipo 2 por lo general aparece más tarde, por lo que solía llamarse Diabetes de Aparición en Adultos. Sin embargo, su nombre cambió recientemente ya que personas cada vez más jóvenes comenzaron a desarrollarla. Los pacientes con este tipo de diabetes no producen la insulina adecuada, o su cuerpo no sabe utilizar apropiadamente la insulina que genera. A continuación se presentan los síntomas más comunes de esta enfermedad. Si notas alguno de ellos, es posible que desees consultar a un profesional para saber si tienes diabetes o no.
Los diabéticos con frecuencia tienen sed y ganas de orinar. Esto se debe al exceso de glucosa, o azúcar en la sangre, en el cuerpo que los riñones deben filtrar. Estos extraen líquidos de otros tejidos para ayudar a expulsar el exceso de azúcar. Como consecuencia, sentirás más sed para ayudar a los riñones con el proceso. Tomar toda esta agua extra incrementará tus ganas de ir al baño.