Padres de familia presentaron una denuncia ante la Unidad Especializada en Delitos Sexuales de la Procuraduría General de Justicia del Estado en esta ciudad por el presunto delito de abuso sexual en contra de una menor de 7 años de edad, en contra del pastor religioso identificado como Carlos “N”, quien se encuentra prófugo.
El caso quedó registrado bajo el número 0204-2017-34238, en la agencia del Ministerio Público cuya titular es Jeniffer Jaqueline Barrios Gallardo.
La madre de la víctima, de la que omitiremos su nombre en atención a su petición, dijo que el sitio en que se encuentra el templo, identificado como Niño Artillero Sánchez Taboada, ubicado en Lázaro Cárdenas 9911, en la colonia Ampliación Sánchez Taboada, forma un mismo conjunto con los departamentos aledaños.
Explicó que el domingo 23 de julio, sus hijos (un niño de 9, una niña de 7 y un bebé de 3 años de edad) jugaban a bordo de la “calafia” que maneja su esposo, mientras ella los tenía a la vista, desde la ventana del departamento, donde hacía sus quehaceres.
Al terminar sus labores, entró al departamento a platicar con su esposo, y fue el lapso en que los dejó de ver.Luego de un momento, le dijo a su esposo que fuera a ver a los niños, porque hacía mucho calor y estaban en la “calafia”.
Él bajó, pero no los encontró en la “calafia”, sino que el bebé estaba durmiendo y el niño de 9 años, jugaba con el celular que el propio pastor le había prestado.
En el lugar hay una bodega de herramientas, cuya puerta estaba abierta, y como al papá le dio “mala espina” entró sin avisar y se encontró al pastor con la niña sobre las piernas, besándola y acariciándola como si fuera una adulta.
Estalló en cólera y le reclamó airadamente y fue cuando la madre bajó a toda carrera. “Imagínese lo que yo sentí. Reconozco que reaccioné con mucha violencia y luego me desmayé”, narró la madre.
Comentó que el pastor intentó sobornar al papá con dinero y le dijo que no pasaba nada; pero cuando ella se desmayó y su marido intentó reanimarla, el sujeto corrió hacia el templo y escapó por el otro lado.
Los afligidos padres llamaron a la policía, que a decir de la madre tardó demasiado tiempo en llegar, y ya no volvieron a saber del pastor.
El mismo domingo 23 fueron al Ministerio Público, pero como no había personal, los hicieron regresar el lunes y ayer nuevamente para las correspondientes diligencias, incluyendo un examen ginecológico a la niña, que será el que determine la naturaleza del delito cometido.