5% de los adultos mayores en México son LGBTI

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Las personas LGBTI mayores de 65 años muchas veces viven en vulnerabilidad constante.

A pesar de que poco a poco los derechos de las personas LGBTI han ido avanzando en nuestro país, aún falta mucho por hacer y quedan grupos que por no sólo son vulnerados por su orientación o su identidad de género, sino por su posición socioeconómica, su origen étnico o incluso por su edad; en esa situación están muchos adultos mayores en nuestro país.

Aunque muchas veces no son contemplados a la hora de hacer censos, Arturo Arcos Soto, sicólogo de la asociación Laetus Vitae, reveló en el Foro la Diversidad Sexual en Personas Adultas Mayores, que a menos 5% de las personas adultas mayores mexicanas, son LGBTI.

Esta cifra no tendría por qué ser relevante, pero toma importancia pues muchas de esas personas se encuentran en situaciones de riesgo a causa del abandono familiar que muchas y muchos sufren en el momento de asumir su identidad sexual; a esto se suma la precariedad de los empleos a los que muchas veces tuvieron que dedicar sus vidas por razones de discriminación o desigualdad de oportunidades tanto en la formación como en la práctica.

Otros, los que sí viven con sus familias, deciden ocultar nuevamente su orientación sexual o someterse a reglas que les impide expresar su identidad libremente, de hecho, según destaca Laetus Vitae, sucede que cuando una persona trans muere, su ceremonia fúnebre se lleva a cabo con la identidad que la familia elige y no la que la persona asumió en vida.

Ausencia de programas sociales
Arcos Soto destaca que otro de los problemas que permite la vulnerabilidad en LGBTI mayores de 65 años es que los programas sociales y las iniciativas para atender a personas de la tercera edad, están pensadas para hombres y mujeres heterosexuales que cuenta con un sistema de apoyo familiar y que son menos propicios a sufrir discriminación.

El psicólogo habló de la urgencia de fomentar el autocuidado y la autosuficiencia que permita la creación y mantenimiento de espacios seguros para este grupo de la población.

En este sentido, la activista trans Samantha Flores recordó que la casa de descanso de día para personas adultas mayores LGBTI que fundó, es la única en su tipo y es un espacio en el que sus visitantes son “libres y reconocidos”.

Con información de La Jornada.

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