Se presentan como optometristas, pero la mayoría no lo son
En la calle Bolívar número 21, en el Centro Histórico, se encuentra una plaza de ópticas. Quienes las atienden visten bata blanca, algunos tienen publicidad en mantas que incluye el logo del Instituto Politécnico Nacional (IPN) o de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y se presentan como optometristas. Pero la mayoría no lo son.
Letra Roja realizó un recorrido por este edificio y encontró 69 ópticas abiertas, de las cuales sólo seis son atendidas por optometristas que muestran su título profesional o aseguran contar con cédula profesional. Sin embargo de los seis, sólo en cuatro dijeron realizar un examen integral de la vista.
Especialistas en optometría consultados por este medio coinciden que en México hay una falta de regulación en las ópticas, porque sin ser profesionistas pueden abrir un negocio y atenderlo.
“Aunque parezca muy simple, recetar unos lentes no es cualquier cosa. A través del lente ves una imagen, si te corrigen mal, esas imágenes que estás percibiendo te van a llegar mal al cerebro”, dijo Claudia Patiño Pérez, maestra en docencia y jefa de carrera de la licenciatura en Optometría del IPN en la Unidad Santo Tomás.
Las ópticas atendidas por no optometristas “no saben de patología, de fisiología y funcionamiento visual. Ellos nos han invadido y han perjudicado a quienes estamos establecidos”, lamentó el licenciado en Optometría por la UNAM, Gilberto Bernal.
Datos de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) informan que en México hay 4 mil 533 ópticas registradas ante esta institución. Todas deberán contar con un responsable sanitario que deberá avalar un título universitario y/o certificado de licenciatura en optometría.
El artículo 79° de la Ley General de Salud indica que para el ejercicio de actividades profesionales, como la optometría, se requerirá el título profesional o certificado de especialización expedido legalmente por las autoridades correspondientes. En el caso de técnicos y auxiliares deberán contar con un diploma oficial.
El licenciado por la UNAM dijo que muchos de los “optometristas” en las calles de Francisco I. Madero y Motolinia “son comerciantes únicamente. Medio los capacitan para manejar un aparato para darte un resultado; desconociendo todo lo demás”, comentó.
Incluso, contó, que con él han llegado técnicos en optometría del Conalep para realizar prácticas profesionales y ha notado que su preparación es muy deficiente, “la verdad, no saben nada”.
La jefa de carrera del IPN aclaró que la optometría es el estudio de la luz, por lo que no hay que confundir un optometrista con un oftalmólogo. “Nuestras bases fundamentales son físico-matemático y médico, tenemos que aprender el comportamiento de la luz. El oftalmólogo opera; primero tiene que estudiar medicina y después la especialidad”.
Desenmascarando a las ópticas “patito”
Un licenciado en optometría además de contar con un título y cédula profesional deberá realizar un examen integral de la visión. “Pídeles que te hagan una retinoscopia, si no lo hacen, no es optometrista”, recomendaron alumnas de la carrera del IPN.
La retinoscopia es un examen refractivo que valora la agudeza visual. En ella, el optometrista revisa el ojo a partir de una luz reflejada en la retina a través de un retinoscopio, en un cuarto totalmente oscuro.
Patiño Pérez dijo que al acudir al optometrista “puedes pedir que evalúe tu visión en tercera dimensión, tu visión al color, tu visión binocular. Quien haga un examen con esas pruebas, es optometrista”.
El licenciado Bernal dijo que una característica de quienes no son profesionales es que ni siquiera hacen un expediente clínico.
En el recorrido se pudo comprobar que los exámenes realizados por no especialistas duran alrededor de 10 minutos. Las únicas pruebas que realizan son refractivas: con el foroptor manual o digital, leer la cartilla y pruebas ambulatorias donde el paciente camina con la graduación que según necesita.
En cambio, los estudios realizados por alumnos de los últimos semestres de optometría del IPN duran más de hora y media y son gratuitos. Su examen consta de varias pruebas que exploran la visión binocular, el estado refractivo y la salud visual.
Durante 2016 la Cofepris realizó en todo el país 185 visitas de verificación a optometrias y suspendió 43 negocios de este tipo.
Las irregularidades más frecuentes en estos establecimientos son: no contar con aviso de funcionamiento ni de responsable sanitario, no presentar la documentación que avale la acreditación del personal técnico y carecer de evidencia para capacitar al personal.
Además, no cuentan con documentación de los aparatos de optometría y carecen de fichas técnicas, registros de mantenimiento preventivo y correctivo de los equipos, señala la Cofepris.
“Nuestro deber es la salud visual de los pacientes y no sólo venderles unos lentes”, sostuvo una alumna de optometría del IPN.
Fuente : Letra Roja