Aproximadamente a las once de la noche, por lo menos un centenar de personas se dieron cita en un Bodega Aurrera situado en la Avenida Palomas, en Ecatepec.
Situación similar si vivió al inicio de este año cuando la gasolina tuvo un aumento en el país. El Estado de México fue uno de los estados que más problemas tuvo con los saqueos. Tiempo después se supo que los grupos habían sido sincronizados por una sola persona, que, a través de mensajes de whatsapp y de camiones que fueron puestos a disposición de los “delincuentes” que lograron sincronizar las acciones en tiempos similares y sitios distintos.
Durante esta semana, de nueva cuenta, los municipios de Estado de México presentan este mal que pareciera, amenaza con volverse un cáncer social al que tendríamos que acostumbrarnos -por lo menos hasta que se piense en otra manera de crear el Pánico Colectivo- de la misma forma en que nos acostumbramos como sociedad a las cientos de forma de pacificación forzada.
El sistema de operaciones pareciera ser el mismo que antes, incluso tener el sello personal de los que ocurrieron a principio de año. Cerca de las once de la noche, al rededor de cien personas circundaban el Bodega Aurrera de Avenida Palomas. Eso podría ser “algo natural” en “el descontento social provocado por las elecciones pasadas en el Estado”, sí, ya hay un pretexto. Sin embargo, de la misma forma en la que cien personas lograron ponerse de acuerdo para saquear en grupo una tienda departamental, elementos policiacos ya esperaban a los maleantes en los accesos de la tienda. El asunto pasó a mayores. Hubo un enfrentamiento, sin embargo los policías lograron disipar a la turba y “restablecer el orden social creado por el descontento en las elecciones pasadas”.
Hubo algunos detenidos que fueron puestos ya a disposición.
(De forma anticipada) Esperemos que, como ocurrió a principios de 2017, no haya más saqueos orquestados por unos cuantos, y que no se tenga la necesidad de “recuperar la paz social”.