Tras los severos daños ocasionados por el sismo de hace una semana no solo viene el problema de la destrucción de viviendas, también la de los pequeños y micro empresas que daban trabajo a cientos de personas y que ahora los primeros buscarán recuperar su patrimonio de su empresa y por ello los segundos sufrirán del desempleo.
Ante esta problemática no solo el gobierno tiene el problema de crear más empleos, sino que por ende se vendrá el incremento de la delincuencia y la migración a estados vecinos como sucedió hace 32 años.
Funcionarios del gobierno de México siguen contabilizando el martes las pérdidas económicas derivadas del sismo de magnitud 7.1 de hace una semana que provocó destrozos generalizados en la capital, con 500 inmuebles considerados en peligro.
La cifra de muertes se elevó a 331, de las cuales 192 se registraron en la capital. Aunque las autoridades prometieron el regreso a la normalidad, muchas calles seguían bloqueadas por maquinaria de construcción y equipos de rescatistas que buscaban los cuerpos que aún permanecían bajo los escombros.
El gobierno local anunció un plan de préstamos para la reconstrucción y ayuda a los vecinos que han perdido sus viviendas, o aún pueden perderlas a medida que procede la demolición de inmuebles dañados.
Para negocios urbanos como el restaurante Papa Guapa, el resultado ya está perfectamente claro.
Sentado en la entrada de su precintado restaurante el lunes, Antonio Luna se lamentaba señalando que su negocio está cerrado por daños estructurales en el edificio.
Tuvo que despedir a las tres docenas de empleados del local, ambientado en la década de 1950, para no incurrir en más gastos y trata salvar el mobiliario y los equipos que no sufrieron daños.
El terremoto del 19 de septiembre “tiene el potencial de ser una de las catástrofes naturales más costosas de México”, dijo el Servicio de Inversionistas de la agencia de calificación Moody’s en un reporte el lunes.
Aunque se siguen recopilando datos sobre las pérdidas, una estimación preliminar señala que el desastre podría recortar entre el 0.1 por ciento y el 0.3 por ciento del Producto Interno Bruto de México en el tercer y cuarto trimestre del año, explicó Alfredo Coutiño, director de Moody’s Analytics para América Latina.
En el conjunto del año, el impacto sobre el PIB debería estar en torno al 0.1 por ciento. “El impacto en el crecimiento del año será pequeño, especialmente considerando que los trabajos de reconstrucción compensarán parte de la pérdida total de actividad durante el cuatro trimestre”, agregó Coutiño.
Se espera que el dinero siga entrando a la economía nacional gracias a los fondos para desastres de la Ciudad de México y del gobierno federal. En junio, el fondo para desastres de la capital contaba con 9 mil 400 millones de pesos (más de 500 millones de dólares), una cantidad ligeramente superior a la del nacional, según el reporte del Servicio de Inversionistas de Moody’s.
El fondo nacional deberá sufragar también la recuperación del sismo registrado el 7 de septiembre, que fue más potente y causó casi un centenar de muertos en su mayoría en los estados sureños de Oaxaca y Chiapas.
Por delante quedan meses de trabajos, desde demoliciones a reparaciones y reconstrucción.