Kofi Annan, exsecretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), llamó a los políticos a pensar no en las próximas elecciones sino en las próximas generaciones y a los jóvenes a ejercer su derecho al voto porque está en juego su futuro.
Durante la presentación del reporte final “Integridad electoral en América Latina”, coincidió con el presidente del INE y otros ponentes nacionales e internacionales en que la violencia es un tema que se debe atender porque, sin formar parte de las elecciones propiamente dichas, sí influye e implica riesgos.
En el evento, efectuado en un hotel de la Ciudad de México, se dijo confiado en que se están tomando pasos necesarios para garantizar que las elecciones se realizarán si problemas y que el pueblo podrá ejercer su derecho al voto.
Si bien se debe tomar con seriedad el problema de violencia que se está viviendo, no hay elementos que hagan suponer que la violencia pueda impedir las elecciones, consideró. Sobre ese mismo tema, el expresidente del entonces Instituto Federal Electoral, José Woldenberg, sostuvo que según los datos disponibles hasta ahora de las más de 150 mil casillas que se dispondrán a nivel nacional, sólo se corre el riesgo de que 200 pudieran no instalarse debido al contexto de inseguridad local.
Refirió que esto significa que se puede estar seguros de que hay garantías de que las elecciones se llevarán a cabo en tiempo y forma, y sin mayores complicaciones. Sobre los elementos centrales que se tomen en cuenta para calificar en general la calidad de las elecciones, señaló que se trata de cinco puntos.
El primero, es la imparcialidad en la organización; el segundo, la equidad en las condiciones; el tercero, la certeza en las decisiones de la autoridad; el cuarto que no haya exclusiones que no respondan a temas legales; y el quinto, la forma en que los votos se traducen en escaños en las cámaras legislativas.
Todos esos elementos están presentes y claros en el proceso electoral mexicano, a pesar de los retos que implica la inseguridad, comentó.
En su oportunidad, el presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdoba, indicó que debemos distinguir la percepción sobre las elecciones de la realidad de su organización.
Se trata no sólo de las elecciones más grandes que México haya tenido en su historia, sino también de las más fiscalizadas y en las cuales se cuidará como nunca la paridad de género, no sólo en las candidaturas, sino en la elección de quienes ocuparán los puestos públicos en disputa, sostuvo.
Recordó que el proceso electoral no sólo es responsabilidad de las autoridades en la materia, sino de toda la sociedad en su conjunto.
A su vez, Laura Chinchilla, expresidenta de Costa Rica y quién encabezó hace tres años la misión de observación electoral de la OEA en México, coincidió también en que la inseguridad implica un reto importante para nuestro en estas elecciones.
Sin embargo, aseguró que México es una de las democracias con más solidez institucional en América Latina, además de que se ha colocado en la vanguardia de diversos avances en la organización electoral en el mundo.
Explicó que todas las democracias corren el riesgo de elegir al candidato equivocado, pero la actuación de quien resulte electo puede ser acotada por las instituciones del país.
En el caso mexicano hay partidos políticos sólidos, “una prensa libre y actuante”, aunque sometida a presiones y ciudadanos informados, resaltó.
De ahí que estos elementos hacen suponer que con independencia, en el resultado de las elecciones habrá controles democráticos suficientes para que el próximo gobierno actúe correctamente a favor de los ciudadanos.