¿Por qué las personas con bajas calificaciones logran triunfar en la
vida?
Esa es una de las preguntas que más de uno se ha hecho cuando ve el currículum de personajes como Steve Jobs, que no se graduó de la universidad; o Mark Zuckerberg y Bill Gates que prefirieron claudicar de los logros académicos. También Sergei Korolev, quien lanzó el primer satélite era muy malo en la escuela, tanto como Vladimir Maiakovsky quien pese a que no pudo nunca terminar de leer Anna Karenina terminó siendo uno de las más grandes poetas rusos.
Un artículo escrito por John Haltiwanger en el sitio web Elite Daily afirma que los logros académicos no se relacionan con el éxito en la vida. Como así lo afirmó el ex presidente de George W. Bush, durante un discurso que profirió en la Universidad Metodista del Sur:
“A todos ustedes que se están graduando esta tarde con honores, reconocimientos y distinciones, les digo ‘bien hecho’. Y a los estudiantes de sietes les digo: Ustedes también pueden ser presidentes”.
En el comentario, que el presidente de bajos grados hace una reflexión de perspectiva para los graduados con un mediano récord académico. Resaltaba el hecho de que las calificaciones no marcan el resto de la existencia y que la vida está llena de posibilidades.
La inteligencia es subjetiva y el éxito académico no es siempre un bien parámetro para medirla, afirma Haltinwanger en su artículo. Además apunta que uno como estudiante depende mayoritariamente de adaptarse al sistema de calificaciones, pero no siempre es la mejor preparación para el mundo real.
Principalmente lo que decide la dirección de la vida de alguien es el carácter, las experiencias y las conexiones; no sus notas en la universidad. El triunfo requiere pasión, perseverancia, inteligencia emocional y la habilidad para comprender el valor del fracaso; requisitos que cumple ‘el estudiante de sietes’ pues él entiende la lucha y superar más obstáculos que los del niño ‘genio’ siempre excelentes.
Sin embargo, esto no significa que si tu tienes malas notas vayas a triunfar en la vida, pero ser el mejor en la escuela tampoco te asegura ser exitoso. Al final, las calificaciones son sólo números en una página.
Así que si te acabas de graduar y no lo hiciste con honores, no te desanimes. La vida es un carrusel donde las verdaderas enseñanzas están fuera de las aulas.