El actor de Piratas del Caribe ha acusado a su ex mujer de haber defecado en la cama conyugal cuando vivían juntos. La intérprete, indignada por la acusación, ha afirmado que fue el perro del actor.
Al parecer, todo sucedió en abril de 2016. Amber Heard (32) se enojó con Johnny Depp (55) porque llegó tarde a la fiesta que había organizado para celebrar su 30 cumpleaños y en un arrebato de rabia, según cuenta el diario The Mirror, Amber cubrió la cama de ambos con heces. Cuando Johnny llegó y vio todo bajo las sábanas se se marchó de la vivienda que compartían en Los Ángeles.
Amber ha acusado al perro de Depp. “Boo tiene serios problemas intestinales. Nunca fue una broma, no fue algo hecho de forma irrespetuosa”, ha declarado un representante de la actriz al mismo rotativo. Además, el entorno de la actriz ha manifestado que “fue algo inocente, algo propio de las mascotas. No tenemos nada más que decir. La señorita Heard está olvidando lo sucedido y no queremos continuar con este sinsentido”.
No obstante, el actor ha mantenido su versión de los hechos, que también ha sido corroborada por la que fuera su ama de llaves, quien asegura que por “su gran tamaño debía de ser de una persona y no de un animal”. Asimismo, un amigo del intérprete ha añadido al tabloide que existen “pruebas fotográficas y sólidas que conectan a Amber con las heces”.
Johnny y Amber comenzaron sus trámites de divorcio en 2015. Tras 15 meses de matrimonio, ambos decidieron separarse por “diferencias irreconciliables”. Además, dos días después de presentar el trámite de divorcio, la actriz acusó a su expareja de violencia doméstica y un juez aprobó una orden de alejamiento temporal, que Heard retiró al alcanzar el acuerdo extrajudicial que resolvió un caso con gran atención mediática internacional. Finalmente en enero de 2017 finalizaron su divorcio.
Redacción–noticiatn/eleconomista.es