TRAS SEMANAS DE evaluar pros y contras de cancelar el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), es probable que este lunes a más tardar se tome una decisión.
La consulta ciudadana termina el domingo y su resultado más allá de lo político, no tiene validez jurídica ni relación vinculante.
Si se opta por Santa Lucía, quiere decir que Andrés Manuel López Obrador tenía ya una decisión tomada más allá de la cantidad de elementos que le ha aportado la IP respecto a los riesgos.
Con ello se abonará al ambiente de desconfianza que prevalece en la escena económica, por las interrogantes que existen en torno a las políticas públicas por venir.
Simplemente no hay claridad en torno al rumbo que tomará la reforma energética. Moody´s de Alberto Jones y Fitch de Carlos Fiorillo un paso adelante, ya levantaron la ceja por los riesgos que hay para PEMEX de Carlos Treviño.
Al cancelar el NAIM se dará un fuerte golpe al futuro de la aviación y de las comunicaciones del país ya que esa opción habría garantizado una terminal para 135 millones de pasajeros, que hoy ni siquiera tiene Atlanta, el de mayor tamaño del mundo con 101 millones, seguido de Beijing con 90 millones.
Quedará en el tintero un proyecto que aportaría a futuro miles de millones de dólares de rentabilidad al gobierno, lo que hace cuestionable concesionario a la IP.
De ahí la depreciación del peso, que ayer tuvo un respiro y el riesgo de se evaporen las inversiones de portafolio.
Además estamos por presenciar como acto seguido cantidad de acciones legales de los particulares involucrados que querrán pertrecharse.
Hay 6 mil mdd que tomaron muchos inversionistas globales que quedarán en el limbo, lo mismo que la Fibra E por 30 mil mdp con el impacto a varias afores (Inbursa, PENSIONISSSTE, GNP y Afore XXI que lleva Juan Manuel Valle).
También desde ahí se generarán demandas, convirtiéndose el NAIM en un enjambre de dificultades.
Por si fuera poco los particulares también podrían invocar una violación al TLCAN aún vigente, pues la cancelación del NAIM podría tipificarse como una virtual expropiación indirecta, en la medida que el Estado cambiara sustancialmente las condiciones de los contratos.
En el Capítulo 11 se ofrece un marco de protección a las inversiones frente al Estado, de lo cual podría echarse mano.
Para evitarlo el gobierno deberá indemnizar a valor presente a los afectados, lo que encarecerá y diluirá los supuestos ahorros que se buscarían con Santa Lucía.
No es el caso del TLCUE. El actual tratado no tiene un capítulo de protección a la inversión y el que viene aún tardará en estar vigente.
Así que con la cancelación del NAIM podríamos también ver arbitrajes por la vía del TLCAN, ya que la decisión en ciernes sería violatoria de lo pactado por México con el mundo. “De todas, todas”.
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Y MÁS DEL aeropuerto. Amén de que el miércoles Javier Jiménez Espriú dio a conocer el dictamen de NavBlue, que como le platicaba se sustentó en información de José María Riobóo, el próximo titular de SCT omitió dar a conocer otro reporte con fecha 18 de octubre que realizó MITRE, en el que una vez más se evalúa la compatibilidad aeronáutica de Santa Lucía y el AICM, la cual no se considera “apropiada”. Se trata de una carta suscrita por Bernardo Lisker, cabeza de la especialista y dirigida a Gerardo Ruiz Esparza, titular de SCT. Se concluye que no debe considerarse la coexistencia de ambas opciones “sin tomar en cuenta la complejidad que reviste su operación y el hecho de que dista mucho de haber sido completado un estudio aeronáutico serio”. Además de que dicha fórmula “no resolverá el problema de la demanda (aeronáutica) más allá del muy corto plazo”. La misiva de 3 hojas fue también recibida por Alfonso Romo y Jiménez Espriú. Lisker puntualiza que más de 60 expertos de MITRE, entre los mejores, han analizado el espacio aéreo del Valle de México por 22 años. En los últimos 10, de forma incesante. De ahí que se conozcan bien las condiciones incluidas la fórmula AICM-Santa Lucía. Así que desechar el aeropuerto que ya se construye, apunta a generar un auténtico desastre.
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Alberto Aguilar / Nombres, Nombres, Nombres / Heraldo de México