Sabemos que es deliciosa, que suele ser más barata y que por alguna razón tu cuerpo la quiere. Pero más allá de lo evidente, como el sobrepeso y los problemas cardiovasculares, hay efectos en el cuerpo y la mente que vienen de la mano con el consumo de comida chatarra. Conoce a continuación algunos de ellos.

Círculo vicioso

Varios estudios han descubierto que la comida chatarra produce adicción. En el libro de Micheal Moss, Salt Sugar Fat: How the Food Giants Hooked Us, explican algunas de las técnicas para generar este efecto como el “punto de goce”, cuando usan el balance de sabor exacto para que no sea demasiado intenso, pero no tan aburrido, para que tu cerebro siga pidiendo más.

Otro estudio de la Escuela de Ciencias Médica descubrió que comer comida chatarra hace que pierdas el apetito por otro tipo de comida. Por ejemplo, que comer papas fritas, hará que quieras más papas fritas. Sospechan que es porque altera los circuitos de gratificación en el cerebro.

Aumenta la resistencia a la insulina

Debido a que casi todos los alimentos chatarra tienen muchos carbohidratos y poca fibra, tu sistema digestivo los descompone en glucosa (azúcar) y el páncreas responde a este aumento de glucosa con insulina. En un sistema normal este proceso es regulado por el cuerpo y los órganos manejan estos picos de azúcar, pero cuando consumes muchos carbohidratos estos picos incrementan y pueden dañar la respuesta a la insulina, esto genera resistencia a la insulina, diabetes tipo 2 y sobrepeso.

Daña tu cerebro

Un estudio de la Universidad de Brown descubrió que tener niveles altos de insulina, colesterol y presión arterial —todos relacionados con el consumo de comida chatarra—, aumenta el riesgo de padecer demencia.

Afecta tu estado de ánimo

Muchos de los ingredientes en la comida chatarra tienen efectos en la actividad química del cerebro haciendo que te vuelvas dependiente de los alimentos. Un estudio de la Universidad de Montreal descubrió que tratar de dejar este tipo de comida resulta en síntomas de abstinencia. Estos síntomas generan estrés y cuando no son tratados derivan en depresión. Además existen estudios que demuestran que un desbalance de los ácidos grasos también aumenta el riesgo de depresión.

No estamos diciendo que esto sucede en tu cuerpo si comes papas fritas o dulces de vez en cuando. Sin embargo sí es importante tenerlo en mente para balancear la dieta, reducir su consumo y añadir frutas y verduras para que te aporten los nutrientes que la comida chatarra no tiene.