La humanidad siempre ha contado las víctimas de guerra en términos de personas muertas y heridas, ciudades e infraestructuras destruidas, medios de vida arruinados, pero la víctima olvidada de la guerra y los conflictos armados es el medio ambiente: bosques quemados o talados, pozos contaminados, acuíferos destruidos, suelos envenenados, animales sacrificados.
Además, como señala el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, al menos el 40% de los conflictos internos registrados en los últimos 60 años han tenido relación con la explotación de los recursos naturales, ya sea por su valor, como la madera, los diamantes, el oro, los minerales o el petróleo, como por su escasez, como la tierra y el agua.
La ONU quiere concienciar sobre la importancia de la preservación del medio ambiente, como arma para preservar la paz y evitar los conflictos armados.