Miembros de una caravana de emigrantes, principalmente compuesta por hondureños, se reagruparon este domingo en la mexicana ciudad de Puebla, a unos 120 kilómetros de Ciudad de México.
Los dos principales albergues previstos por la iglesia católica en esa ciudad recibieron durante las últimas horas a numerosos grupos de migrantes, que llegaban en saturadas camionetas, camiones de volteo, autobuses de la Policía Estatal y en taxis.
Los anfitriones celebraron que tomaron previsiones desde días atrás, pues Puebla fue incluida en la ruta migrante prácticamente de última hora, luego de que el gobierno del vecino estado de Veracruz cancelara un ofrecimiento de camiones para trasladar a los integrantes de la caravana.
“Nosotros estamos supliendo al Estado, no nos toca, todo el año estamos recibiendo migrantes y de esta caravana nunca nos hablaron (comunicaron) a nosotros”, dijo Gustavo Rodríguez, miembro de la Arquidiócesis de Puebla.
Rodríguez dijo que desde días atrás activaron el acopio de víveres para evitar una sorpresa. “Tenemos seis albergues preparados, más dos del municipio, tenemos una capacidad para 4.000” personas, dijo.
El gobierno de Puebla dispuso unidades de salud, además de que paramédicos de la Cruz Roja y algunos médicos voluntarios se sumaron a la atención de los enfermos.
Los albergues distribuyeron alimentos y bebidas calientes, lo que se repetía la mañana del domingo durante el desayuno. Se espera que el grupo avance el lunes rumbo a Ciudad de México.