«El hallazgo afortunado de un buen libro puede cambiar el destino del alma»
La lengua nació mucho antes que la escritura. La hipótesis clásica sostiene que la escritura apareció de manera independiente en Egipto, hacia el año 3250 a.C., y en Mesopotamia unos 200 años más tarde, así como en China y América —en el mundo maya— durante el primer milenio antes de nuestra era.
Se sabe que la escritura funge como preservadora del conocimiento, de modo que quien sabe leer sabe escribir, y viceversa. Además, una buena ortografía nace de mucha lectura, pero a pesar de contar con una variedad infinita de soportes que nos acercan a la lectura —periódicos, revistas, libros, redes sociales—, existen algunos factores que nos alejan de ella.
Una de las causas principales es el analfabetismo. Éste no implica no saber leer o escribir, sin embargo, implica el no poder comprender y tener habilidades progresivas que permitan a las personas integrarse de mejor manera a la sociedad y al mundo del conocimiento. Esto desencadena un déficit de atención presente en las nuevas generaciones.
Como ejemplo tenemos a la generación millenial o Y —nacida entre 1983 y 1999—, la cual es hasta ahora la que menos lee libros y texto corrido; tiene un lapso de atención de 15 minutos. En el otro extremo se encuentra la iGen o generación Z—nacida entre 1999 y 2018— la cual revisa su teléfono 80 veces al día y tiene menos de 5 minutos de atención.
«El hallazgo afortunado de un buen libro puede cambiar el destino del alma», leer te viaja, leer te libera, un libro te acompaña siempre y es tu mejor aliado. Club Premier y Gandhi se suman a los esfuerzos de fomentar el hábito de la lectura en México, para hacer de los libros una experiencia memorable.
(Con información de algarabia)