La fibra presente en las frutas y hortalizas ayuda a mejorar el tránsito intestinal y a prevenir las molestias estomacales más comunes. Uno de los alimentos más polivalentes en este sentido es la manzana. Su alto contenido en fibra, agua, minerales y nutrientes facilita la digestión. Pero, además es un regulador del tránsito intestinal ya que actúa como agente doble: es capaz de ayudar en casos tanto de descomposición como de estreñimiento.
Cuando tomamos una manzana sin pelar cobra protagonismo su contenido en fibras insolubles (que no se disuelven en agua) y se acelera el tránsito intestinal, produciéndose un efecto barrido que limpia las toxinas que hayan podido generarse en el proceso digestivo. En este sentido y como recuerda VI.P- Manzanas Val Venosta, uno de los productores más importantes de manzanas presente en 50 mercados mundiales, es importante lavar bien la pieza antes de ingerirla por motivos higiénicos.
Sin embargo, cuando la tomamos pelada, adquiere protagonismo la pectina, una fibra soluble que está presente en su pulpa y que ayuda a la retención de líquidos, contribuyendo a la formación del bolo intestinal. La pectina también absorbe las bacterias causantes de la colitis y permite que se recuperen los minerales perdidos por el exceso de deposiciones.
Por otra parte, la manzana es una de las frutas más ricas en taninos, unas sustancias que aparecen cuando ésta se oxida al contacto con el aire (son más presentes al comer la manzana pelada y, sobre todo, rallada). Su labor es secar y desinflamar la mucosa intestinal, una capa que tapiza el interior del conducto digestivo, por lo que tiene propiedades astringentes y antiinflamatorias. Todo ello hace que sean muy eficaces en el tratamiento de la diarrea.
A la hora de tomar la manzana pelada, si estamos fuera de casa, VI.P recuerda que podemos preparar bolsitas con la pieza sin piel y cortada en daditos o porciones para congelar, ya que esta fruta no pierde sus propiedades al congelarse, y meterlas en el bolso o la mochila al salir.
En cualquier caso, la manzana resulta una ayuda perfecta para mantener el equilibrio y facilitar la tarea a uno de los trabajadores más incansables de nuestro organismo, el aparato digestivo. Un elemento clave al que, al menos por un día, el próximo 29 de mayo, tendrá su merecido homenaje.
El 29 de mayo es el Día Mundial de la Salud Digestiva (DMSD), una jornada para concienciar sobre la importancia de este conjunto de órganos que permite sintetizar y absorber los nutrientes de todo aquello que comemos y bebemos. VI.P (Asociación de Cooperativas Hortofrutícolas de Val Venosta) se suma a esta iniciativa que este año se centra en la relación entre dieta y salud intestinal a la hora de prevenir y atenuar las molestias digestivas que sufre 1 de cada 3 personas.
(Con información de diariocritico)