El gobierno debe ser transparente y dar a conocer detalladamente la situación actual, iniciando con el reconocimiento de su mala estrategia

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador generó una crisis por el desabasto de gasolina en una decena de estados que aportan 51 por ciento del PIB de México.

Se puede cuestionar si el desabasto fue generado a propósito, o si es producto de la improvisación que ha caracterizado al nuevo gobierno. Al parecer, la improvisación lleva la delantera en la respuesta, sin dejar de lado que el cálculo político fue un factor clave en la implementación de la “estrategia” contra el huachicoleo.

Considerando que el gobierno quisiera resolver el problema de desabasto, ¿cómo lo podría hacer? Aquí algunos puntos para lograr la normalización en 360 horas, es decir 15 días:

Primero. El gobierno debe ser transparente y dar a conocer detalladamente la situación actual, iniciando con el reconocimiento de la mala formulación y la mala implementación de su estrategia. En el mismo sentido, transparentar la información de importaciones de crudo ligero, gasolina terminada y nivel de operación de las refinerías, además de dar a conocer la estadística de delincuentes detenidos por el robo de combustibles.

Segundo. Abrir los ductos para normalizar el abasto con un reforzamiento de la seguridad, porque el cierre de estos generó mejores condiciones para quienes se dedican a hacer las perforaciones clandestinas. Si los huachicoleros fueran plomeros, la estrategia fue el equivalente a cerrar la llave de paso para que pudieran trabajar y además no fueran detectados, porque el sistema de monitoreo de ductos ocupa indicadores de pérdida de presión para detectar perforaciones y al cerrarlos no hay forma de detectar esa pérdida de presión.

Tercero. Autorizar de forma emergente, por un máximo de 15 días, el traslado de pipas las 24 horas del día, con la posibilidad de que pipas distintas a las de Pemex puedan surtir a las gasolineras.

Cuarto. Implementar de forma obligatoria y por 15 días el doble hoy no circula (como en Fase 1 de contingencia ambiental) en la ciudad de México, para disminuir las filas en las gasolineras y normalizar la demanda. Con el compromiso de ser una medida temporal.

Quinto. Anunciar una estrategia de seguridad y de inversión a mediano plazo que mejore la infraestructura de transporte -en especial en ductos- y amplié la capacidad logística en materia energética. El gobierno federal y el de la ciudad de México han anunciado medidas parecidas a las planteadas en los puntos tercero y cuarto, sin embargo, no son obligatorias y no han indicado fechas de término para estas.

Las medidas deben ser temporales, porque de lo contrario estaríamos ante un escenario de normalizar la anomalía de abasto de gasolina en el país. Normalizar el transporte por pipas en lugar de por ductos no sólo es 14 veces más caro, expone a un mayor riesgo a los usuarios de las carreteras y al mismo tiempo el gobierno de México aceptaría implícitamente su derrota a manos de los huachicoleros.