La comida congelada, suele asociarse con un estilo de vida rápido y sin mucha preocupación sobre la calidad de los alimentos o un cuidado en la salud alimenticia, sin embargo, ¿qué tan cierto es eso?
La comida congelada ha ganado popularidad en todo el mundo por representar una forma en la que la gente consume no sólo alimentos sencillos o procesados, sino también platillos gourmet como las comidas de autor, elaborada por chefs especializados.
Sin embargo los alimentos congelados han estado en medio de la controversia, debido a que existe la creencia de que la comida congelada pierde propiedades, pasa demasiado tiempo congelada o no aporta los nutrientes que promete.
Si tu principal preocupación es qué tan saludable es consumir comida congelada; debes saber que un estudio publicado en el “Journal of Food Composition and Analysis”, analizó el proceso de congelación en la comida y, contrario de la opinión popular, no afecta al valor nutricional de los productos.
Dicho estudio analizó varios productos como el brócoli, la coliflor, el maíz, los chícharos, las espinacas, los arándanos y las fresas en diferentes etapas de su producción, recién recolectadas, con poco tiempo de almacenado y congeladas.
Se comprobó que cuando se congela una fruta o verdura, se pone pausa al proceso natural de descomposición que empieza inmediatamente después de que es recolectada.
Agustín Badaracco, chef de Bonapetí Congelados, asegura que congelar los alimentos conserva los nutrientes, detiene el proceso natural de degradación y evita el crecimiento de bacterias.
También menciona que es fundamental seguir ciertas pautas de tiempos y formas durante el proceso de congelación para que los alimentos no pierdan ninguna de sus propiedades.
La congelación de alimentos se lleva a cabo entre 25º y 30º bajo cero, si la temperatura no es lo suficientemente fría, la congelación se llevará a cabo de una forma lenta y el agua que contienen los alimentos formará cristales de hielo de gran tamaño que, al descongelarse, modificarán las características organolépticas.
Otro estudio similar realizado por el Departamento de Ciencia y Tecnología de Alimentos y el Laboratorio Analítico de la Universidad de California, también concluyó que en el contenido de vitaminas de los productos congelados es comparable y ocasionalmente más alto que el de sus contrapartes frescas.
Sin embargo, es importante señalar que la comida fresca aporta nutrientes en el mejor momento de la comida y es recomendado por los expertos en salud para incluirla en tu dieta diaria.
Si vas a optar por un producto congelado toma en cuenta lo siguiente:
– Procura mantenerlo sin congelación el menor tiempo posible.
– Trata que sean los últimos en ser adquiridos durante las compras en el supermercado, a fin de que permanezcan el menor tiempo posible a temperatura ambiente.
– Comprueba que el producto esté bien etiquetado, fecha de congelación y de caducidad o consumo preferente así como normas de almacenamiento y preparación, recuerda siempre comprar paquetes limpios y en buen estado.
-Evita envases con escarcha, prefiere los que se muestren blandos al presionarlos con los dedos, puesto que esto indica que en algún momento durante su almacenamiento o distribución se ha roto la cadena de frío.
-Debes de tomar en cuenta que si se realiza un proceso de descongelación se pueden reactivar las bacterias muertas. Debes seguir las instrucciones de uso, recomienda el chef Badaracco.
Un punto muy importante respecto a la comida congelada es saber su tiempo ideal en ese estado antes de consumirlo, de acuerdo con la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) estos son los tiempos recomendados:
-Pan horneado, de dos a tres meses.
-Carne, de dos meses hasta nueve dependiendo del corte.
-Mariscos, de seis a nueve meses.
-Lácteos, de uno a seis meses.
-Frutas y verduras, de entre tres y hasta doce meses.