De acuerdo con Sonia Villapol, investigadora principal del Houston Medical Institute, el coronavirus puede dejar graves secuelas a mediano y largo plazo.
Villapol indicó que la pérdida del olfato y del gusto fue “el primer indicio que nos alertó de que el coronavirus podía dañar el sistema nervioso.”
De acuerdo con la investigadora, el coronavirus es capaz de invadir el cerebro y dañar la capa que protege las terminaciones nerviosas. La función de esta capa es evitar que aparezcan problemas neurológicos.
Al ser afectada esta capa por el virus, algunos pacientes han desarrollada enfermedades como Parkinson, esclerosis múltiple o Alzheimer.
Por lo tanto, no es necesario que la infección se agresiva o violenta. El 70% de los asintomáticos, en su mayoría jóvenes, tiene afectado algún órgano, aún cuando han pasado cuatro meses de haber contraído COVID-19 y presentan algún problema neurológico.
Otros síntomas a considerar
Al ser un virus novedoso, es normal que vaya surgiendo nueva información con respecto a los síntomas, sobre todo aquellos que habían pasado desapercibidos.
Por lo tanto, no es necesario que la infección se agresiva o violenta. El 70% de los asintomáticos, en su mayoría jóvenes, tiene afectado algún órgano, aún cuando han pasado cuatro meses de haber contraído COVID-19 y presentan algún problema neurológico.
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Al ser un virus novedoso, es normal que vaya surgiendo nueva información con respecto a los síntomas, sobre todo aquellos que habían pasado desapercibidos.