A pesar de una ligera mejora en comparación con los años anteriores y un estancamiento de los niveles de asesinatos, México sigue siendo uno de los países menos pacíficos del mundo, donde se encuentran las cinco ciudades más violentas del planeta y se registraron más de 35 mil homicidios en 2020, entre ellos 139 políticos o funcionarios –tan solo entre septiembre y marzo– y ocho periodistas, señaló este martes el Instituto por la Economía y la Paz (IEP).
En un informe publicado, el think tank australiano documentó que, en 2020, los estados donde empeoraron los niveles de violencia y se derrumbó el índice de paz fueron Zacatecas, San Luis Potosí, Sonora, Guanajuato y Michoacán, donde en cuatro de ellos se sustituirán nuevos gobernadores en las elecciones del próximo 6 de junio.
Carlos Juárez Cruz, director del IEP en México, señaló en conferencia de prensa que por primera vez en años mejoró el “índice de paz” en el país en 2020, debido a la mejora en cuatro de los cinco indicadores –en materia de robo, agresiones, secuestro y trata–, aunque resaltó un punto negativo: el incremento de la prisión preventiva.
A pesar de esta mejora marginal –México permanece en el lugar 137 de 163 países en términos de paz–, la situación sigue siendo mucho más grave que en 2015, pues desde ese año la paz ha caído 18%, la tasa de homicidios se ha disparado en un 84% –la de feminicidios en un 116%–, se han duplicado los asesinatos con armas de fuego y a la fecha se tienen registradas oficialmente más de 84 mil personas desaparecidas.
El IEP señaló que, en México, la violencia tiene un costo de 4.7 billones de pesos, equivalentes al 22.5% del PIB –o 221 mil millones de dólares–, principalmente como producto de los homicidios –un 47% en el país, contra el 7% en el resto del mundo–, el cual se ilustra en el incremento de 122% que las personas realizaron en gastos de seguridad privada en los últimos cinco años, ya sea en alarmas, seguros, rejas o cámaras, principalmente en la Ciudad de México.
Según Juárez, la ligera mejora en los índices de algunos delitos graves observada el año pasado sería una consecuencia indirecta de la pandemia de covid-19: “algunos delitos que suceden en las calles y tienen que ver con la movilidad de las personas se redujeron claramente a partir de marzo de 2020, lo que coincide con el confinamiento”, dijo, pero precisó que los índices de violencia familiar y sexual –que suceden mayoritariamente en el hogar– aumentaron en el mismo lapso.
Preguntado si el disparo en las tasas de pobreza y del desempleo provocada por la pandemia agravará la situación, el experto planteó que “las dinámicas de la paz y la violencia son muy complejas”, pues no existe una correlación entre la pobreza y la violencia; aparte, señaló que, en Quintana Roo, el desplome del turismo coincidió con una reducción de los niveles de violencia –un derrumbe de 35% de delitos cometidos con armas de fuego–, un fenómeno que estimó “interesante”.
En su informe, el IEP resaltó que, en los últimos cinco años, el presupuesto destinado por el gobierno federal a la Seguridad Pública se derrumbó en un 31.4%, y el de la Justicia cayó en un 3%, mientras que el presupuesto gastado en el aparato militar creció en un 14%.
“Es fundamental invertir en los sistemas de justicia y en seguridad pública, lo dicen todos los estudios nacionales e internacionales (…) México destina solamente el 0.7% de su PIB en seguridad interna y de justicia; con la crisis actual que tenemos de violencia, no podemos darnos este lujo”, aseveró el experto.
Tras exhibir el ejemplo de que “México tiene un promedio de 2.2 jueces por cada 100 mil habitantes; el promedio global es de 16, incluso países que no tienen crisis de inseguridad”, aseveró: “podemos decir que algo está muy mal en México cuando vemos que todos los países de la región invierten más en la región, tenemos que invertir más, pero también tenemos que invertir mejor”.
De acuerdo con el amplio documento, en 2020 se registraron los asesinatos de 524 policías en el país, un disparo de 17.5% en comparación con 2019; aparte, recalcó que en México se encuentran las cinco ciudades más violentas del mundo, Tijuana, Ciudad Juárez, Uruapan, Irapuato, y Ciudad Obregón, donde las tasas de homicidio rebasan varias veces el promedio nacional.
A nivel estatal, los estados de Baja California, Colima, Zacatecas, Chihuahua, Guanajuato y Sonora tuvieron los peores índices de paz del IEP, pues concentraron más de la mitad de los asesinatos perpetrados en el país; en el extremo opuesto, el informe señaló que Yucatán sigue siendo el estado más pacífico del país, seguido de Tlaxcala, Chiapas, Campeche y Nayarit.