Kyl Myers, doctora en Sociología y madre de Zoomer, publicó su libro Raising Them: Our Adventure in Gender Creative Parenting (Criándoles: Nuestra Aventura en Crianza Creativa de Género), donde narra el crecimiento de su hijo, mostrando una perspectiva donde el género lo iría descubriendo él mismo, aprendiendo de sus conductas y creando sus propias conclusiones, dándole la oportunidad de experimentar con su identidad.
Refirió que en el proceso de presentar a Zoomer como una persona cuya identidad de género no sería definida por sus genitales, esto sería un tema que no discutiría con nadie y que utilizaría pronombres neutros con él: en inglés, los pronombres they/them, que fungen como plurales, también han sido vitales para la inclusión, en español serían elle/le.
“Quería que Zoomer me dijera cuál género le quedaba mejor. También necesitaba proteger a mi hijo de experimentar y aprender conductos sexistas. No quería que los demás le dijeran a Z que ‘algo no es para él’ sólo por su anatomía. En la infancia de Z, no hubo cosas que fuera de ‘niño’ o de ‘niña, todo sería de todos”, abundó la socióloga.
Reconoció que aunque estaba decidida en su plan de crianza, el miedo y la duda llegaron en abundancia, preguntándose si era correcto o si podría dañar a su hijo, o si sería un completo desastre. Tampoco estaba segura si funcionaría como ella esperaba, o de la forma en que más beneficiara al pequeño.
Apuntó que Zoomer logró establecer una identidad como un niño, no obstante, indicó que ésta puede llegar a modificarse si con el paso del tiempo conoce algo nuevo sobre dicha identidad de género, y gracias a esta crianza, no arraigará características sexistas que puedan perturbar su desarrollo en el futuro:
“Z tiene un comprendimiento del cuerpo y el género mejor establecida que la mayoría de adultos que conozco, y prefiere no basarse en estereotipos de género. Él es un niño muy entusiasta, lleno de positividad; es amoroso y curioso, inteligente, empático. Sus intereses y su estilo son increíbles; hace que el mundo sea un mejor lugar. ¡Puedo confirmar que la crianza de género creativa funciona!”
El menor apenas cumplió 5 años y, todos los días, la Dra. Kyl Myers descubre algo nuevo de ‘Z’; una idea nueva, un concepto o una actitud diferente son muy importantes para ella, no porque se trate de su “experimento”, sino porque desea prestarle atención a las necesidades de su hijo, dejarlo que lidere el camino por un momento y aprenda a comprender la vida sin estereotipos, sin rasgos que podrían hacerle mucho daño, apuntó.