Jacinto “N”, alias “Monster”, fue detenido y trasladado al penal federal del Altiplano por su probable implicación en la masacre de la familia LeBarón ocurrida el 4 de noviembre de 2019 en la sierra entre Sonora y Chihuahua.
La Fiscalía lo acusa de haber estado cerca de Rhonita Miller en el momento de su asesinato, por lo que podría enfrentar cargos por feminicidio y terrorismo.
Adrián LeBarón, padre de Rhonita y activista por la justicia, informó que Monster habría sido una de las últimas personas en ver con vida a su hija.
“Quizá fue la última persona que la vio con vida, quizá escuchó sus últimas súplicas, quizá alcanzó a escuchar el último respiro y la vio partir, como no debería morir ninguna mujer en México”, escribió en redes sociales.
El imputado permanecerá en prisión preventiva mientras la jueza determina este martes los delitos por los que será vinculado a proceso.
Así fue la masacre de la familia LeBarón en México
El 4 de noviembre de 2019, un grupo armado emboscó tres vehículos en los que viajaban integrantes de las familias Miller, Langford y LeBarón.
Las víctimas, tres mujeres y seis menores, entre ellos dos bebés gemelos, fueron atacadas con rifles de asalto. Las unidades fueron calcinadas, y en la escena se contabilizaron más de tres mil casquillos percutidos.
Entre las víctimas se encontraba Rhonita Miller y sus cuatro hijos, Dawna Langford y dos de sus hijos, así como Christina Langford, quien fue asesinada tras esconder a su bebé. Aunque más de 30 personas han sido vinculadas al caso, aún no hay sentencias por homicidio.
Familia LeBarón exige justicia por masacre
A casi seis años de los hechos, la familia LeBarón continúa demandando justicia. Adrián LeBarón calificó la captura de Monster como un avance en un proceso que ha sido “doloroso y desgastante”.
“Ha sido un camino largo, doloroso y desgastante. El sistema de justicia avanza con una lentitud exasperante, pero en días como ayer, la esperanza se reaviva. La detención de un presunto criminal menos en las calles nos da un respiro”, expresó.
También solicitó a la jueza que se considere el cargo de terrorismo, dado el impacto del crimen en toda la comunidad.
En noviembre de 2024, al cumplirse cinco años de la masacre, las familias LeBarón y Langford marcharon en la Ciudad de México para exigir que los responsables enfrenten penas efectivas y que no quede impune uno de los ataques más violentos contra civiles en la historia reciente del país.
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