Pedro M. tiene 78 años de edad, es un policía retirado de la Secretaría de Seguridad Pública y nos cuenta un poco de su historia dentro de esta corporación.
En 1960 entró a la Secretaría, en aquel momento tenía 23 años. Durante seis meses estuvo en la academia, cuando terminó lo mandaron a la delegación número dos, ubicada en Topacio y Santo Tomás en la Merced. Al principio fue inspector y le correspondía salvaguardar la seguridad de los locatarios de esta delegación.
Se encontró con prostitución, delincuencia y narcomenudeo. En entrevista comenta que desde esa época, se veía el moche de los padrotes a “los jefes”, en esos tiempos el que movía en “la meche” era un tal Lázaro y además de darles su moche, les prestaban a las “mejorcitas” para que se divirtieran un rato.
Tiempo después regresó a la capacitación durante tres meses. En esa ocasión lo mandaron a la tercera delegación que estaba en la Villa, además de ser inspector era encargado de una “panel”, que son los camiones de la policía.
En 1968 empezaron a hacerse notar los jóvenes, recuerda, sentían que existía represión por parte del gobierno y de la policía, ahí fue cuando decidieron rebelarse.
En ese entonces había “toque de queda”. Después de las 10 de la noche los jóvenes ya no podían estar en la calle porque los policías tenían la orden de detener a todo joven -solo o en bola-, que estuvieran en la calle ya que se pensaba que estaban conspirando en contra del gobierno.
Pedro M., cuenta que no solo fue la marcha del 2 de octubre, fueron varias en donde murieron muchos jóvenes.
El 2 de octubre le tocó transportar detenidos, “como decían los jefes “escandalosos”; mi trabajo era llevarlos a la delegación o a la cárcel de Lecumberri, los subíamos fueran hombres o mujeres, había veces que a las mujeres las agarraban de las nalgas para subirlas a la camioneta”.
“Ese día me mandaron a Zacatenco, Santo Tomás y al Centro, en todos lados se veían barricadas de estudiantes, hasta me tocó llevar a una parvada de esos cabrones los llamados “halcones”, pero yo no sabía nada, sólo los llevé y los dejé en la explanada de Tlatelolco”.
De hecho el expolicía Pedro M., cuenta a Letra Roja, que estuvo encuartelado aproximadamente tres meses antes de la masacre, el gobierno y la policía ya sabía lo que “podría ocurrir” y aún así nunca dijeron nada.
Los policías en ese entonces tenían prohibido salir solos porque los estudiantes estaban muy agresivos.
¿Quiénes fueron los que mataron a los estudiantes?
La policía uniformada no fue, afirma el expolicía Pedro M., yo sólo lleve a los “halcones”, sólo los jefes sabían quiénes eran y a qué iban a Tlatelolco.
Así como había uniformados, también había Policía Judicial, Policía Federal, otros que iban de civiles, militares, los halcones y los helicópteros.
Pedro M., afirma que él nunca vio que dispararan desde el helicóptero, los que comenzaron a disparar fueron los que se encontraban en los edificios y los estudiantes no supieron qué hacer, los que pudieron se escaparon, los que no se tiraron al piso de la explanada y otros murieron ahí. En esta masacre murieron maestros, alumnos, civiles y gente que vivía en Tlatelolco.
Los granaderos agredieron mucho, de esos hechos salieron muchas “panzonas”. Los granaderos abusaron sexualmente de las chicas que se encontraban en ese lugar.
Después de que terminó la masacre del 2 de octubre, los cuerpos fueron llevados al campo número 1 y a diferentes fosas, los sacaban en un camión tipo plancha y los amontonaban, ya ningún policía quería estar ahí, sólo queríamos llegar a nuestras casas, fueron días y momentos terribles.
Después de lo ocurrido las autoridades no dijeron nada y nadie supo nada, aunque la Ciudad de México se encontraba de luto nacional.