Aunque suene casi imposible esto le sucedió a Gerardo Gutiérrez, quien al intentar hallar refugio de una inundación derivada de las fuertes lluvias, salió de su automóvil y cayó dentro de una coladera sin tapa en el cruce de Insurgentes Sur y San Marcos, en la delegación Tlalpan.
Pasó poco más de una semana antes de que su cuerpo fuera encontrado en una alcantarilla en la calle de Matamoros de esa delegación. Fue necesario el apoyo del equipo especial subterráneo e incluso buzos.
Otro caso ocurrió en septiembre de 2011, un niño de tan solo cinco años murió al caer en una coladera destapada, esta vez, en la delegación Gustavo A. Madero.
El mortal accidente ocurrió en la esquina de Eje 3 y calle 503 en la colonia San Juan de Aragón Segunda Sección, cuando Jaime Castillo -padre del niño-, lo perdió momentáneamente de vista mientras trabajaba como tragafuegos en dicho crucero.
En otro caso, hace unos meses dos personas murieron, padre e hijo, y dos más resultaron lesionadas al caer a una coladera la cual se encontraban desasolvando en la calle de Reforma Deportiva, de la colonia Leyes de Reforma, en la delegación Iztapalapa, del Distrito Federal.
Casos como estos se repiten todos los días, el próximo podría ser usted.
¿Por qué robarse una tapa de coladera?
En lo que va de la administración de Miguel Ángel Mancera se ha erogado más de 17 millones de pesos en la reposición de al menos mil 70 coladeras y rejillas, objetos que según las autoridades, “desaparecen” de vías primarias y secundarias de la capital, siendo Gustavo A. Madero, Iztapalapa y Cuauhtémoc las delegaciones más afectadas.
Poner una tapa o rejilla cuesta poco menos de 10 mil pesos. En lo que va del año el Sistema Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) ha gastado tres millones 633 mil 300 pesos en los repuestos de éstas.
El valor en el mercado negro de estas tapas oscila los 300 pesos, se paga alrededor de $3.50 el kilo.
A pesar de los numerosos daños causados por por coladeras destapadas y del impacto económico que genera al Sistema de Aguas, el robo de tapas no está considerado como delito grave.
Por ello hace unos días el asambleísta Armando López Velarde anunció que de la mano con el Sacmex trabaja en una propuesta jurídica para tipificar como delito grave el robo de accesorios hidráulicos, y sancionar a los culpables con prisión de cinco a 10 años y de 500 a mil días de multa de unidades de cuenta de la ciudad de México.
La medida también se aplicaría a quienes reciben las piezas robadas.