De 50 restaurantes con venta de bebidas alcohólicas que existían anteriormente, tan solo quedan 5.
Por ello, tienden a desaparecer porque las autoridades municipales no agilizan la licencias de funcionamiento y la Procuraduría de Justicia del Estado de México (PGJEM), realiza operativos constantes, y varios negocios han sido clausurados o suspendidos, por ellos.
Guadalupe Barrera Montoya, dirigente de la Asociación de Restauranteros, Bares, Cantinas y Comercio en General de Atizapán de Zaragoza y Tlalnepantla, se quejó porque autoridades de Desarrollo Económico municipales no agilizan la entrega de licencias de funcionamiento, por lo que ya no pueden vender bebidas alcohólicas, lo que les repercutirá sobremanera en las ventas de fin de año.
Barrera Montoya expuso que varios de sus agremiados han sido clausurados por la Procuraduría de Justicia, a pesar de que les muestran los documentos que entrega el gobierno municipal para comprobar que está en trámite su licencia de funcionamiento, “pero para ellos no es válido”.
“La situación con la Procuraduría, nos ha estado pegando un poquito, porque la venta de bebidas alcohólicas sin licencia es un delito, pero desgraciadamente, la Dirección de Desarrollo Económico y Normatividad, argumentan que tienen algo de trabajo y con los comprobantes que ellos nos dan no es suficiente”.
A los restauranteros del municipio de Atizapan, “esto nos esta pegando mucho y esta ahuyentando la inversión, por eso, estamos tratando esta situación con la procuraduría.
Dijo que en Atizapán ya no hay restaurantes que vendan bebidas alcohólicas por el miedo a la PGJEM, porque llega y se los cierra, por esa situación en Atizapán solo hay como 3 o 5 restaurantes que se dedican a la venta de bebidas alcohólicas.
Desgraciadamente ahora está repercutiendo al no haber economía y gente que visite los negocios se van a otro municipio o al Distrito Federal o a otros municipios.
Recordó que antes habían por lo menos 50 restaurantes con venta de bebidas sin embargo, ahora solo sobreviven 3 o 5, obviamente, restaurantes que se manejaban desde hace décadas, dejaron de existir porque ahorita la ley de competitividad está pidiendo más unas cocinas industriales, que solamente los empresarios de magnitud, de impacto pues llegan a tener y solo los grandes sobreviven.
Si porque la ley de competitividad es clara dice que tiene que tienes que tener una cocina industrial, hay restaurantes que de 1930 a la fecha sobrevivirían, pero como no se mejoraron, ya cerraron y sobreviven, las grandes cadenas
Tlalnepantla está igual la situación económica de los negocios,” está caída y desgraciadamente el dictamen de factibilidad y regulación sanitaria, pues si no lo tienen nos está pegando, a los pequeños les está pegando muy feo la Mejora Regulatoria”.
