2015 no fue un año de luces para Santa Fe, el desarrollo inmobiliario del futuro que como sus cerros, comienza a desmoronarse.
A casi un mes de haber iniciado el 2015, un asalto en el Centro Comercial Santa Fe cimbró a la sociedad capitalina, especialmente a la habita en la zona poniente. No sólo se trataba de un robo planeado a la precisión y calculado en más de 2.5 millones de dólares contra la exclusiva tienda departamental Saks Fifth Avenue, sino que representó un golpe moral que exhibió la vulnerabilidad en la zona, para comenzar un año lúgubre que incluyó deslaves, disputas por anuncios publicitarios y hasta delitos contra extranjeros.
En ese momento, tanto los pobladores acomodados de Santa Fe como todo el Distrito Federal supieron que este desarrollo inmobiliario planeado al vapor, ahora con sus operaciones millonarias por hora y sus lujosos edificios inteligentes tenía las mismas falencias que cualquier otra zona de la capital, sin contar el tráfico, los malos olores y el riesgo para los peatones.
“No es una ciudad diferente, con infraestructura, calles y pavimento que son iguales al resto de la ciudad”, expuso a Letra Roja Boris, Graizbord Ed, especialista del Colegio de México (Colmex) .
Consultado sobre la realidad de Santa Fe, habló de forma crítica sobre los contrastes que se pueden apreciar: “Hay edificios que valen 100 millones de dólares, y banquetas que están hechas para zonas comunes y corrientes. Ni siquiera eso corresponde al tipo de desarrollo que pensaron, una infraestructura llena de baches, que se inunda (…) no necesitamos ser expertos para darnos cuenta”, recalcó el doctor en geografía social por la London School of Economics and Political Science de Inglaterra.
Nodos publicitarios
Era difícil suponer que los colonos de Santa Fe, con el poderío económico y las influencias que poseen, se quedarían callados antes las afectaciones que sufren, en especial con la cuantiosa inversión que supone hacerse de un terreno ahí.
Como era de esperarse, el 21 de abril cuatro grupos vecinales se pronunciaron fuertemente contra el gobierno de Miguel Ángel Mancera por la aprobación de dos nodos publicitarios en la glorieta de Vasco de Quiroga que marca la entrada al pueblo, y otro en avenida Tamaulipas.
Su reclamo fue en sentido de que los espectaculares dañaban la imagen de la zona corporativa y habitacional. Más allá de la vanidad que pudiera observarse en el reclamo, no sólo son los nodos, sino más de mil anuncios publicitarios en todo Santa Fe, montados en cualquier espacio disponible. Tan sólo ese momento, los vecinos detectaron 78 carteles sin la debida autorización.
“Supergasto” poniente
Días más tarde, el propio Instituto de Verificación Administrativa del DF (InveaDF) puso en evidencia la problemática al suspender dos espectaculares ilegales en la Supervía Poniente, con lo que de forma indirecta dieron la razón a la Asociación de Colonos.
Polémica desde su construcción por el tránsito desquiciante que generó, la Supervía no deja de estar al centro de la polémica, ahora por lo costoso que resulta a los conductores usarla, sin que ello implique mejores traslados.
Graizbord Ed, también maestro en geografía urbana por la británica Universidad de Durham, y quien a diario debe transitarla para llegar a su casa en Toluca, habló sobre ello y fue claro al decir que llega en 12 o 15 minutos llega al centro de Santa Fe, “pero una vez que llego ahí tardo 45 minutos o una hora en poder salir a la carretera México-Toluca”, se quejó amargamente el especialista.
En su reproche, hablaba sobre como bajaba rápidamente el saldo de su tarjeta para usar la vialidad de cuota. Sin embargo, no es el único. Incluso se calcula que el gasto ejercido por los automovilistas iba de los 25 mil a los 70 mil anuales, en muchas ocasiones sólo para ingresar al congestionamiento vehicular.
Ruta del Tren Interurbano
Como Letra Roja ha documentado, el incesante tráfico que registra Santa Fe para ingresar, salir o trasladarse dentro, se ha vuelto un auténtico viacrucis diario para quienes viven o trabajan ahí. Se podría pensar que éste es provocado por obras viales, como suele suceder en cualquier urbe, aunque la realidad dicta que no es así.
Como explicó el especialista en urbanismo, los congestionamientos viales en Santa Fe son producto de la mala planeación en las calles, por lo que pareciera una condena inexpugnable. Por ello, durante el 2015, vecinos ya no sólo del área corporativa sino también del pueblo, mostraron su rechazo a las construcciones del flamante Tren Interurbano que conectaría el DF con Toluca, y el llamado Viaducto Elevado que llevaría hasta la autopista México-Cuernavaca.
En septiembre pasado, las variadas manifestaciones en contra hicieron que el Jefe de Gobierno, asegurara que la ruta del tren no pasaría por el pueblo de Santa Fe, sino por terrenos del Gobierno Federal en poder de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). A pesar de la esperanzadora declaración, los vecinos están al pendiente de lo pueda ocurrir en 2016, máxime cuando la construcción ya muestra un avance y los cambios al trazo debieron ser sobre la marcha.
Espejismo que se derrumba
Si el asalto a la joyería del Centro Comercial supuso dejar caer la venda que ocultaba la realidad de Santa Fe, el deslave ocurrido el 27 de octubre en el Fraccionamiento Vista del Campo fue un golpe en la cara lo suficientemente fuerte para desmoronar su imagen, de la misma forma que los cerros comenzaron a desgajarse.
“Se trató de ocupar al máximo todo el espacio, hay zonas que no debieron ocupar con edificios porque están tirando pendientes de los cerros”, explicó a Letra Roja el académico Graizbord y abundó en que los derrumbes son producto de meter edificios en zonas que debieron quedar como área verde de reserva. “No se hizo así entonces hay una sobreocupación y una falta absoluta de estudios apropiados para poder hacer ese desarrollo inmobiliario”, lamentó el especialista.
En primera instancia, se denunció que las cinco torres habitacionales del citado fraccionamiento fueron construidas sobre bancos de arena, explotados cuando Santa Fe era zona minera. Debido a esta actividad, a finales de los ochentas se determinó que únicamente el 20 por ciento de esa superficie podría ser utilizadas para vivienda, determinación que en pleno nuevo siglo, parece un absurdo.
Los deslaves cimbraron a Santa Fe, no sólo en cuestiones geográficas, sino que gracias a ello, comenzaron a develarse detalles oscuros del pasado. incluso, el delegado de Cuajimalpa, Miguel Ángel Salazar levantó una denuncia ante la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) por los presuntos documentos falsificados detrás del talud derrumbado. Según declaró el funcionario, en las oficinas de la demarcación no había oficios que certificaran el permiso para instalar una de las antenas de telecomunicaciones ubicada en la zona del deslave, ni mucho menos permisos para construir el inmueble en cuestión.
Infierno de los venezolanos
El caso de los venezonalos encarcelados por una disputa legal contra el Westhill Institute S.C. Santa Fe, sirvió para desmitificar la imagen pulcra de esta mini-ciudad futurista, y para dejar en claro que detrás de las pulcras fachas de sus inmuebles y el lujo de sus tiendas departamentales, en Santa Fe ocurren las mismas injusticias que en todo México, con acciones igual de podridas que los desechos sepultados bajo su subsuelo, mismas que nos confirman que esta zona (en ciertas latitudes) nunca ha dejado de ser un basurero.