A lo largo de la historia, en diferentes culturas, las modificaciones corporales han sido una costumbre y hasta ahora, todavía provocan diversas opiniones. Una de las modificaciones, hasta la fecha vigente, son los tatuajes, pero existe uno en particular del que se habla cada vez más: el tatuaje ocular o queratopigmentación.
Casi veinte siglos atrás, en el año 150 D.C., el famoso médico y filósofo Galeno de Pérgamo realizó estas modificaciones, aunque sus fines, eran completamente científicos como quedó registrado en los manuscritos del pensador griego.
Aunque en otros lapsos de la historia la queratopigmentación tuvo momentos de auge, también se ha rodeado de tabús. Uno de ellos es alimentado por los experimentos que el alemán Josef Mengele, “El ángel de la muerte” realizó durante la Segunda Guerra Mundial, al intentar crear una raza humana “superior”, incentivando la recoloración ocular de los pacientes a través de inyecciones químicas.
Se podría decir que ese es el penúltimo intento asentado en los registros de la historia sobre modificaciones oculares. Recientemente, esta práctica parece tomar un nuevo aire, aunque de acuerdo con algunos textos, en esta ocasión el encargado de revalorizar esta experiencia, fue el tatuador australiano Luna Cobra.
Reportes de la BBC en enero de 2015 sobre la resolución condenatoria en contra de un hombre, cuyo globo ocular derecho se encuentra cubierto de tinta negra, convirtió la queratopigmentación en un tema de moda, pero que desde hace una década es tendencia entre algunos sectores de la población mundial gracias al citado tatuador oceánico.
Pionero mexicano
En una sociedad como la mexicana, donde a pesar de los avances en regulación y aceptación la cultura del tatuaje aún representa uno de los más grandes tabús, la práctica de la queratopigmentación enfrenta la misma suerte.
A través de un viaje que culminó hace cinco años en la ciudad de Caracas, Venezuela, el tatuador jalisciense Karman Medina recibió este tratamiento. Afirma que fue el primer mexicano el recibirlo y también asegura ser el primer tatuador profesional en México que pone en práctica esta lujosa y extrema modificación corporal.