Miles de personas se manifestaron contra la renovación del programa de disuasión nuclear británico “Trident”, al que el gobierno conservador apoya.

La primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, y el líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, participaron en la protesta.

 

Una decisión será tomada este año sobre el reemplazo de cuatro submarinos nucleares británicos. El coste estimado de la operación se ha disparado y alcanza la suma de al menos 31 mil millones de libras (39 mil millones de euros).

Quieren sustituir los cuatro submarinos “Trident”, uno de los cuales se encuentra en misión en alguna parte del mundo, por sumergibles “Successor” para una puesta en servicio a principio de los años 2030.

“La oposición del público es cada vez más fuerte. Esto no es simplemente una reunión del sector antinuclear. Esta manifestación va a mostrar la amplitud de la protesta”, declaró Kate Hudson, presidenta de la organización “Campaign for Nuclear Disarmament”.

El gobierno conservador de David Cameron es favorable a esta renovación de la flota nuclear, con base en Faslane, Escocia, argumentando que es vital para la seguridad del país.

“Desarmar en este momento supondría jugar con nuestra seguridad nacional, un juego que sería irresponsable y que daría ventaja a nuestros enemigos”, afirmó antes de la manifestación Philip Dunne, secretario de Estado para la Defensa.

El Partido Laborista por su parte se encuentra profundamente dividido respecto a este tema. Su líder, el pacifista Jeremy Corbyn, quiere abolir el programa pero su posición está lejos de crear consenso entre los miembros del partido.

Asimismo, el Partido Nacionalista Escocés (SNP) se opone a las armas nucleares.