Es capturado por denuncia de su esposa.

Piel humana, originada de la piel del pene de bebés sanos, fue el botín que en repetidas ocasiones obtuvo un médico, quien fue denunciado por su enojada esposa, después de una persecución de película donde participaron policías navales y estatales.

El galeno, quien durante la persecución y detención estuvo acompañado dentro de su auto Ford fiesta color blanco de una mujer esposa, se resistía a bajar de su unidad. La persecución por céntricas calles del puerto se debió al cumplimiento de una orden aprehensión sobre el médico.

Al lugar de la detención, en la colonia Formando Hogar, llegó su esposa, la también medico Graciela Silva Cuevas quien señaló públicamente a su marido Arturo Hernández Reyes de robarse de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) del IMSS de Tuxpan, la piel humana usada para atender a paciente con quemaduras severas, producto que sólo se vende a hospitales y es bajo la marca “epifast”.

A la mujer que acompañaba a su marido, la audióloga del IMSS y del CRIT Adriana Alonso, la airada esposa la calificó de ser amante de su marido y uso los términos jarochos apropiados para la ocasión.

Así el médico Arturo Hernández Reyes de 46 años quedó evidenciado por su propia esposa del delito que cometía con el uso de documentación falsa, pudiendo extraer de esa manera el costoso material para venderlo a las clínicas privadas, como denunció la mujer a quien le juró votos.

El epifast, se lee en internet, es fabricado por la empresa mexicana Bioskinco quien produce aloinjertos de piel humana que reducen hasta en 50 por ciento el tiempo de cicatrización de una herida en caso de quemaduras, úlceras, dermoabrasiones y otras afecciones de la piel.

El Epifast, nombre comercial, es epidermis humana (piel) criopreservada (conservada a mínimas temperaturas) que es metabólicamente activa y acelera el proceso de regeneración de la piel de los pacientes. Los aloinjertos Epifast son elaborados a partir de queratinocitos vivos, es decir, células productoras de factores de crecimiento que estimulan la proliferación de las células epiteliales del propio paciente.

Los queratinocitos con los que se produce Epifast fueron obtenidos del prepucio de un recién nacido sano circuncidado, con los cuales se creó un banco de células criopreservadas.

Para la producción de los aloinjertos, los queratinocitos se extraen de dicho banco de células y posteriormente son cultivados in vitro durante 12 días, bajo estrictas condiciones asépticas y de control de calidad que garantizan que se encuentran libres de agentes patógenos, como lo son el causante del sida, la hepatitis B, citomegalovirus o cualquier otro agente infeccioso.

Congelada a menos 70 grados centígrados la epidermis cultivada consta de varias capas de queratinocitos, las cuales son colocadas sobre una gasa vaselinada de 7 por 8 centímetros protegida con dos retículas plásticas que facilitan su manejo. El producto, empacado en una doble bolsa estéril sellada herméticamente, es congelado a -70°C para su conservación; bajo estas condiciones, el producto tiene una vida útil de un año.

Antes de aplicar un aloinjerto Epifast, éste debe permanecer de 10 a 15 minutos a temperatura ambiente para que se descongele; cuando esto ocurre, se coloca directamente sobre la herida, previamente desbridada, es decir, libre de suciedad y tejido dañado.

Una vez aplicado el aloinjerto (el cual no requiere ser lavado previamente), se cubre con gasas y vendas convencionales, y debe permanecer sobre la zona afectada durante siete días. Luego de este lapso, el producto estimula biológicamente el proceso de cicatrización acelerando por lo menos 50 por ciento el tiempo de epitelización (restauración de la propia piel); en contraste con las terapias convencionales, como pudieran ser la colocación de piel de cadáver, membrana amniótica, xenoinjertos bovinos o porcinos liofilizados, con los cuales el periodo de recuperación es significativamente más prolongado, cuando menos el doble.

Otras de las ventajas del Epifast es que reduce significativamente el dolor y la pérdida de líquidos, no contiene sustancias tóxicas criopreservadoras y evita infecciones a las que el cuerpo queda expuesto debido a la ausencia de piel; además no existe el riesgo de rechazo del paciente a este tipo de injertos.

En el caso particular de pacientes con una superficie corporal extensamente quemada, el uso de Epifast contribuye a disminuir las complicaciones, aumenta la supervivencia, reduce el número de cirugías y el tiempo de estancia hospitalaria puediendose utilizarse en heridas graves como las quemaduras de segundo grado superficial y profundo, y las de tercer grado sobre autoinjertos mallados, en dermoabrasiones y para cubrir zonas donadoras. También tiene excelentes resultados para sanar úlceras de origen diabético, varicoso o por presión.

Actualmente Bioskinco comercializa su producto en prácticamente todo el país, aunque no lo vende de forma directa a los pacientes, sino a hospitales y clínica de especialidades; en casos excepcionales, previa asesoría del área médica de la empresa y a especialistas particulares que lo aplican en sus consultorios.

El producto ya es conocido en el extranjero, particularmente en Latinoamérica, pues la empresa ha presentado los resultados obtenidos del uso de Epifast en diversos congresos médicos nacionales e internacionales de alta especialidad, como los organizados por la Asociación Internacional de Quemaduras, la Asociación Internacional de Cirujanos Plásticos y la Federación Iberolatinoamericana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva.

De tal manera que el robo de la piel humana por parte del médico Arturo Hernández Reyes tiene un mercado seguro, como seguro es el problema que trae con su aún esposa quien, al menos al momento de la detención, lo encontró acompañado de la tersa piel de otra mujer.