Un añejo pleito entre dos comunidades ha provocado el olvido de la “Hacienda de Dolores” y la indiferencia de las autoridades, pues además del deterioro, el inmueble sirve de guarida, aunado al saqueo evidente y las excavaciones en el interior de la capilla en busca de tesoros.
Los gritos de las enormes bardas de adobe que se desvanecen con el paso del tiempo, no han encontrado los oídos de ninguna autoridad y este lugar de enorme riqueza histórica agoniza, sólo quedará el silencio, que por cierto hoy prevalece.
Se ubica sobre la carretera Ixtlahuaca-San Felipe del Progreso, entre las comunidades de San Miguel y Dolores, pueblos que, según vecinos de la zona, han protagonizado un añejo pleito por la propiedad del inmueble.
“Este pleito ya es de muchos años, unos dicen que la hacienda pertenece a Dolores y otros a San Miguel, lo cierto es que se ha descuidado tanto”, comentó una vecina de la zona que cruzaba por el lugar junto con sus pequeños hijos.
En un recorrido efectuado por El Sol de Toluca, se puso al descubierto el abandono total del sitio, las grandes habitaciones cobijadas por el adobe y enormes trabes de madera eran adornadas por basura.
La capilla, que ya carece de imágenes religiosas, mostraba una gran cantidad de excavaciones realizadas, según vecinos, para encontrar tesoros, “vienen y excavan, nadie les dice nada. Buscan tesoros y aunque hay gente que dice que sí ha encontrado, no se ha confirmado ningún hallazgo”, comentó una habitante del lugar.
El sitio también es utilizado como una madriguera donde los jóvenes acuden a drogarse, “es un cochinero, ahí vienen muchos a drogarse y hacer de las suyas. La policía ni viene a darse una vueltecita”, añadió.
“Yo lo que sé es que no hay un dueño, por eso los pueblos se disputan la hacienda, pero bueno ninguna autoridad tampoco ha venido para tratar de rescatar este lugar”, añadió la fémina.
Esa hacienda tiene mucha historia, sería bueno que las autoridades municipales se den una vueltecita para acá, “te platicaría un poco de su historia, pero tengo que ir por mis animales, luego vienes”, nos contestó una persona de edad avanzada que caminaba por la cercanía del lugar.(S)