Los alrededores de la estación Cuatro Caminos del Metro se han convertido en una zona comercial, donde el ambulantaje invadió los accesos y dificulta la entrada y salida de usuarios.
Para un pasajero del transporte público que decidió arribar al paradero en un autobús o microbús, además de ser lento el acceso al anden por el tráfico, también se complica cuando ingresa a los pasillos para entrar a la estación.
Durante un recorrido, REFORMA constató que los puestos, algunos de ellos fijos, flanquean el camino de los usuarios, que también tienen que esquivar algunos que sobresalen de sus espacios.
Desde baños públicos, locales de venta de ropa, piratería, comedores y pizzerías improvisadas con bancos de plástico y hasta una capilla se atraviesan en el camino de los peatones.
La seguridad en los alrededores casi es nula, pues únicamente en accesos a los andenes del Metro hay agentes en los torniquetes.
Hasta media hora toma ingresar al Metro desde los andenes de la zona de microbuses, hasta pasar por los pasillos para llegar a las taquillas.
El avance es lento por la aglomeración de gente, principalmente en horas “pico”, donde no hay paso rápido para salir o entrar a las estaciones.
Cientos de personas tienen que brincar coladeras destapadas, antes de sortear los puestos comerciales y ambulantaje.
Las salidas hacia los paraderos norte y sur lucen con puestos y están saturados con lonas que impiden la visibilidad y el desplazamiento hacia el interior o exterior.
En el paradero es imposible no pasar por el área abarrotada de comercio, ya que los pasillos desde la zona donde descienden usuarios del transporte directamente te llevan a la zona comercial.
El conflicto de movilidad es desde las 5:30 horas, cuando comienza el arribo de usuarios provenientes de municipios conurbados a la Ciudad de México, y quienes tras pasar los puestos de ambulantes tienen que caminar en zigzag para acceder al área de torniquetes.
Si alguien tiene prisa tendrá que atenerse a las condiciones que implican pasillos llenos de puestos, gente y hasta basura.
La seguridad en la mañana y en las noches es limitada, pues por un lado hay personal de vigilancia del Metro, pero sólo en los torniquetes, y en el exterior de repente circulan patrullas.
El paradero ocupa un área en los límites de Naucalpan y la Delegación Miguel Hidalgo, y en horario de mayor afluencia se forman embudos o cuellos de botella que hacen que la vialidad en la zona sea conflictiva.
Fuente : Reforma