Con un espectáculo de más de cuatro horas de duración Vicente Fernández dijo adiós definitivamente a los escenarios.
Una noche histórica e inolvidable la que se vivió este sábado en el estadio Azteca, cuando más de 80 mil personas vibraron y fueron testigos de la despedida de los escenarios del llamado Charro de Huentitán, Vicente Fernández.
Vicente no se podía retirar sin cumplir con su famosa frase: “Mientras ustedes no dejen de aplaudir, yo no dejo de cantar”.
El espectáculo al que llamaron “Un azteca en el Azteca, el adiós a un grande”, inició a las 21:15 de la noche, y en medio del enorme escenario que se montó a un costado de la canchera del Coloso de Santa Úrsula apareció Vicente Fernández vistiendo elegante traje de charro negro, con botonaduras en oro y sombrero en color marfil.
“No me sé rajar” fue la primera de las 56 canciones que interpretó para beneplácito de la gente que no dejó de aplaudirle y acompañarlo con sus canciones de principio a fin.
A lo largo de tres horas y 35 minutos, Vicente dejó el alma en el escenario, interpretando todos sus éxitos.
Para finalizar, no podían faltar “Las golondrinas”. Fue el momento final de una carrera de 56 años de presentaciones por todo el mundo.
Vicente se fue contento, cumplió su sueño, se retiró como él quería, como un grande y en un lugar grande. Y como dijeron Marco Antonio Solís y Alejandro Fernández: “Vicente Fernández no se irá nunca, estará siempre en nuestros corazones y seguirá siendo ¡el rey!”.