Buscan en UAEM mejorar producción de haba y avena

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Investigadores de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Autónoma del Estado de México realizaron un estudio para determinar la mejor densidad y fecha de siembra en el sistema de producción asociación haba-avena que llevan a cabo productores del municipio mexiquense de Texcaltitlán, con el objetivo de ofrecerles herramientas que les otorguen beneficios.

Al respecto, la investigadora de este espacio de la Máxima Casa de Estudios de la entidad, María Eugenia Guadarrama Guadarrama, explicó que en esta región del estado es una práctica común que los productores realicen el sistema de producción asociación haba-avena para la obtención de haba fresca y forraje en la época de estiaje.

Sin embargo, refirió que si no existe un manejo adecuado de densidad de siembra y población adecuada, la competencia entre ambos productos se incrementa y reduce el rendimiento; en tanto, la presencia del patógeno Botrytis fabae en el cultivo de haba se incrementa, afectando la calidad y disminuyendo la producción.

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La autora de la investigación titulada “Sistema de producción asociación haba-avena para la producción de haba fresca y forraje” comentó que de acuerdo con sus estudios, cuando este sistema de producción se establece en los meses de mayo y junio, los problemas fitosanitarios se incrementan, lo que obliga al productor a realizar un mayor número de aplicaciones de fungidas para el control de Botrytis fabae en el cultivo de haba, lo cual aumenta la contaminación del medio ambiente.

Por ello, su trabajo tuvo como objetivo determinar la mejor densidad y fecha de siembra en el sistema de producción asociación haba-avena, la cual debe realizarse a fines del mes de julio y en la primera quincena de agosto, pero los productores deben cuidar que la presencia de las heladas en los meses de noviembre, diciembre y enero no sean muy fuertes o que en esos terrenos no hiele.

La universitaria aseguró que en estas fechas se logra un escape a la presencia de Botrytis fabae en el cultivo de haba, con lo que se reduce la aplicación de fungicidas; de acuerdo con la tendencia de los precios de haba fresca en el mercado, en los meses de enero y febrero se obtienen los mejores precios y al finalizar la cosecha de haba fresca se obtiene un forraje fresco, que se puede utilizar para la alimentación animal o cortar y almacenar.

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