dependientemente del año del auto o de la cantidad de contaminantes que emiten, pueden librarse los hologramas 1 y 2 que mantendrían guardados los autos más días; aquí las formas.
Obtener el holograma 0 ya no es una misión imposible. Por medio de gestores, talleres de pre-verificación o con el pago del ‘brinco’, automovilistas pueden circular todos los días. Independientemente del año del vehículo o de la cantidad de contaminantes que emiten, el pago de entre 200 y 800 pesos, les permite librar los hologramas 1 y 2 que los obligaría a guardarlos más días al mes.
Así es como se libran las restricciones a la circulación determinadas por las autoridades ante los crecientes niveles de contaminación atmosférica en el Valle de México.
A ella contribuyen el enorme parque vehicular de la zona -su expansión anual y obsolescencia tecnológica, las condiciones geográficas del Valle, el deficiente transporte público, la autorización para que unidades con más años de antigüedad puedan circular, y la corrupción en los verificentros.
En cuatro años las autoridades llevan 37 verificentros clausurados, 4 tan sólo este año.
La ciudad padece severos problemas de tráfico -incluso 3 horas pico por día, que se empeoraron por la entrada en circulación de un millón 700 mil automotores que de manera ‘indebida’ obtuvieron los hologramas 0 y 00. Tres formas de obtenerlos fue mediante las trampas que se hacen en la verificación vehicular.
Una de ellas consiste en contactar a gestores que en complicidad con los empleados de los verificentros, una vez que el vehículo ha sido rechazado por sus emisiones, al segundo intento lo pasan simulando todo el proceso de verificación. Al estar marcado el auto, al momento de entrega de holograma, como ya ha sido pagado el soborno, el propietario obtiene aquel que le permite circular a diario.
Otra forma es mediante los talleres de pre-verificación los cuales ya tienen acuerdos con los verificentros para pasar a sus clientes. Finalmente, está el ‘brinco’ donde ni siquiera la presencia de la unidad en el verificentro es necesaria.
En esta tercera modalidad, en el verificentro se usan autos de modelos recientes que son pasados a verificación las veces que sea necesario. Una vez que existe un cliente, ya solamente se ponen los datos de su auto en los resultados de la verificación del automotor nuevo.
Expertos en temas ambientales, como el Centro Mario Molina, han sugerido que para corregir el rumbo, la ciudad está obligada a adoptar medidas “drásticas e impopulares”, como un impuesto “fuerte” al vehículo, expandir del transporte público, regular el uso del transporte de carga y erradicar la corrupción que existe en los centros de verificación.
Sí, esto último URGE, ya que los cambios que se plantean entren en vigor en julio, ‘robustecen’ las pruebas de verificación, pero no dicen algo sobre las modalidades de corrupción que permiten a dueños de automóviles contaminantes, continuar circulando diariamente.
Con información de Milenio, Excélsior, El País