“Muchas gracias por la tablet, el smartphone y la laptop que le regalaste a tus hijos, gracias por el internet ilimitado.
Gracias por hacer más fácil mis fantasías, por las fotos donde los etiquetas y por ignorar que las redes sociales siempre piden tener 18 años como mínimo, gracias en verdad por pensar que ello es tonto y absurdo y burocrático.
Gracias por dejar que tus hijos me lleven a su alcoba y me hagan su amigo.
Y sabes? ……

No puedes evitarlo, porque no me conoces como yo te conozco a ti, como los conozco a ellos.
Sabes que aun estando en clases a veces hablamos?…..

Tengo fotos de su salón, de sus amigos, de esas vacaciones en la playa, me sorprende en realidad que no revises y no sepas con quien hablan a tal altas horas de la noche niños de esa edad, claro que te va contestar que con un amigo, para ellos lo soy, a veces tomo sus fotos y las comparto con más gente que como yo, hemos dejado de ser el monstruo extraño bajo la cama, para estar en ella con tus hijos.

Si te contara lo que hacemos al ver esas fotos que se te hacen curiosas
cuando están dormidos, cuando están desnudos.

No tengo preferencia, no me importa me da igual, cuando le diste su primer teléfono habías sellado su destino, ahora podíamos llamarnos fuera de todo horario establecido y tú, tú siempre les levantabas los castigos, estuve en tu casa, revisé los cajones y lamí la cama, tomé su ropa interior esa de la que culpaste a tu doméstica por perder.

Me senté en el colchón con ella y me satisfice a punto de gritar de felicidad.
Ellos me habían mandado fotos de toda la casa, fue sencillo enfermar a tu perro y ver que lo llevarías al médico, casi era una burla a tu educación y preparación tantas ventanas abiertas y tantas puertas de acceso.
Pero no contabas con toda la información que puede obtenerse de un niño que está solo aun estando contigo, porque no sueltas el teléfono.

Y sabes qué?
Muchas gracias, notaste más de lo esperado que ella no estaba.
Hubiese querido llevármelos a ambos, pero él es especial.

Incluso cuando se vistió especialmente para conocerme tú estabas con tantas tareas y pendientes que no notaste nada extraño, nunca lo notabas, nunca le hacías caso.
No gritó, fue un niño valiente, fue hermoso y solo quería darte las gracias porque sin ti, no podía haberlo conseguido”.

Un artículo muy fuerte de Male Capetillo… pero muy de estos tiempos que estamos viviendo