Los perros policía olfatean 10 aromas para reconocer explosivos

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Para el trabajo de los perros tiene que haber una empatía total entre el manejador y el perro

“Si el perro tiene su juguete es feliz y se olvida de todo cuando está trabajando, algunos tienen mordedera, otros pelota, otros una toalla, todo dependerá del carácter del perro”.

La Fuerza de Tarea cuenta con diez perros para la búsqueda de explosivos, ya que es el área más demandante para esta unidad. “Se cubren servicios en sedes diplomáticas, lugares con mucha influencia como el Zócalo, auditorios, estadios, o lugares con personajes relevantes de la política u otros sectores”. Utiliza cinco perros para la búsqueda de narcóticos, cinco en búsqueda de cadáver y dos en búsqueda de personas.

Para el trabajo de los perros tiene que haber una empatía total entre el manejador y el perro, “para elegir a los manejadores se hace una elección muy rigurosa, no puede ser cualquier persona, porque si no empatan con el perro entonces no lo cuidan y un perro descuidado en una semana ya no trabaja”.

“Capacitamos mucho al manejador para que tenga la facilidad de entender y ‘leer’ al perro. El riesgo es alto en todas las especialidades, sin embargo, en explosivos tenemos presente que puede haber una contingencia, pero tenemos la conciencia de que el entrenamiento es bueno y nuestros perros son eficientes”.

“La mejor carta de nuestro trabajo es que no salimos en los medios. El día que nosotros salimos en los medios es porque algo salió mal. El trabajo se hace conforme a los protocolos, el personal está bien entrenado, los perros son entrenados diariamente. Eso es lo que nos garantiza que no habrá problemas”.

Los perros de la SSP-DF entrenan 20 minutos al día, poco tiempo pero con mucho estímulo de los manejadores para que los perros estén aptos para salir a servicio.

“Antes de que salga a servicio un perro, nos encargamos de revisar que no esté enfermo o decaído. Nosotros sabemos cómo está desde que sale de su jaula: si no cojea, si está contento, o si está bien hidratado”.

Los agentes de la unidad tienen una instrucción básica de seis meses en el Instituto de Formación Policial, posteriormente se capacita otros seis meses en educación básica de todas las especialidades de la Fuerza de Tarea y finalmente pasa otros seis meses en la capacitación como manejador.

Foto: Letra Roja
Foto: Letra Roja

Oliva buscando en los cajones

Oliva es una cruza de pastor holandés entrenada para la búsqueda de explosivos, mediante el juego con la pelota aprendió a reconocer 10 aromas diferentes para reconocer los explosivos. “Ella no reconoce el aroma de los explosivos sino la base de éstos, así puede reconocer la base entre diferentes materiales en los que pueden estar envueltos los materiales”.

Oliva está echada, intranquila, con ganas de jugar y encontrar su pelota. Miguel Ángel Mendoza, uno de los manejadores del escuadrón le acaricia el pecho, le habla con ternura, le quita la correa y le indica lo que debe hacer.

Oliva corre a buscar su pelota dentro de los cuatro cajones blancos que se encuentran a su vista. Es parte del entrenamiento, deberá echarse al ‘encontrarla’ y así lo hace al tercer cajón. Miguel Ángel saca una pelota que lleva consigo y la hace botar frente al cajón, así Oliva sabe que ha encontrado su juguete y se va corriendo a jugar con ella. Termina el ejercicio y Miguel Ángel se va con Oliva a otra área lejos de nosotros a jugar con su compañera. Daniel Álvarez nos enseña la sustancia que detectó Oliva, escondida en un bote dentro del cajón.

Foto: Internet
Foto: Internet

Aarón entre los coches

Aarón es un pastor holandés con mucha energía y mucha fuerza, es un perro más fuerte y duro, impone su presencia inmediatamente, pero al estar unos minutos con él se puede apreciar que no es un perro agresivo.

“El perro entiende que cuando se sienta es que va a comenzar a trabajar, ‘es como apretar el botón de encendido’ y entonces inicia la detección”.

“Hay veces que el perro trabaja 20 minutos continuos bajo el sol y con el pavimento caliente, eso lo debe contemplar el manejador para no lastimar al perro”, comenta Daniel Álvarez.

Aarón corre de auto en auto buscando el aroma de su juguete, una mordedera para él, después de revisar cuatro autos el manejador Mendoza lo acerca al auto que contiene ‘el explosivo’ y Aarón encuentra el aroma en el motor de éste, se echa y recibe su premio, la mordedera aparece rebotando en el auto.

Mendoza juega con él unos minutos disputándose el control de la morderá, Aarón jala con ahínco y podemos observar la gran fuerza que tiene. Es todo, tiene su juguete y es momento de ir a descansar.

Foto: Letra Roja
Foto: Letra Roja

Goofy, Palomo y Cona siendo perros

Finalmente, salieron para jugar un rato a la pelota Goofy y Palomo, dos hermanos labrador y que son utilizados para la búsqueda de cadáveres, y Cona, una cruza de dóberman y que es utilizada en la detección de explosivos.

Mendoza jugó con ellos unos minutos, lanzando la pelota para que la recogiera el más veloz y más ágil. En todas las ocasiones Palomo ganó la pelota y después de algunas atrapadas Daniel pidió que lo guardaran para que los otros dos perros recuperaran los ánimos y atraparan alguna pelota.

Fue Goofy el ganón, se llevó la pelota en las siguientes ocasiones y dejó a Cona sin oportunidad.

Para terminar el día conocimos a una perrita jubilada de sus labores después de trabajar durante 11 años. Con dificultades para ver y correr, esta perrita aún se encuentra en la mejor disposición para jugar  a la pelota, aunque sus manejadores saben que ya no puede hacer grandes esfuerzos y la tratan con cuidados especiales.

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