En 1519, justo en la cúspide de su desarrollo, se estima que vivían en Tenochtitlan entre 80 mil y 300 mil habitantes, sólo en los límites de la ciudad. Soustelle afirma, sin embargo, que contando a la población en las riveras del lago, sus habitantes llegaron a ser 700 mil. Para que te des una idea, la Londres de ese momento contaba con 100 mil habitantes y Sevilla, con 45 mil.
Fue la primera ciudad del mundo que garantizó para su población una educación gratuita, obligatoria y universal y, aunque es cierto que existía una división entre la educación para la nobleza y la educación el común del pueblo, es de admirarse que su sistema educativo no permitiera dejar sin oficio o profesión a ningún niño o joven. ¡300 años antes que en E.U.A.!
Tenochtitlan siempre fue de color blanco. Los edificios, las calzadas, las casas, los canales y los templos eran de ese color, debido a que eran aplanadaas con cal, y es por ello que, al verla de lejos, los españoles tuvieron la falsa impresión de estar admirando una ciudad de plata pura.
A raíz de la grandeza y poderío de la nación Mexica, uno podría pensar que su civilización se desarrolló durante siglos, como la antigua Roma. Sin embargo, te sorprenderá saber que su poder sólo duró 200 años, los que supieron aprovechar muy bien, claro está, puesto que sus novedosos sistemas educativos, de gobierno, bélicos y económicos les impulsaron a explotar al máximo las capacidades humanas.
Durante los últimos 70 años de Tenochtitlan, sus gobernantes lograron que pasara de ser un pueblo mercenario a un pueblo que logró dominar Mesoamérica -lo que equivaldría a conquistar un tercio de Europa-. Si has visitado las ruinas del Templo Mayor, por ejemplo, en la ciudad de México, notarás que en su primera etapa de construcción se colocó un chaac-mool que se ve muy rústico y, si lo comparas con la piedra del sol o Calendario Azteca -una obra de arte y de las matemáticas-, creerías que existen siglos de diferencia entre una y otra escultura. Sin embargo, una representa el principio y la otra la cúspide de la nación mexica, es decir, solo 70 años.
Los “pochtecas” o comerciantes, tenían prohibido ocupar cargos públicos pues era bien sabido que sus gestiones serían en beneficio personal.
Tenochtitlan contaba con el servicio postal más veloz del mundo, con corredores apostados cada ocho kilómetros, que se iban relevando. Motecuhzoma I, por ejemplo, recibía pescado fresco de las costas de Veracruz de un día para el otro.
En Tenochtitlan los cargos públicos se alcanzaban por MERITOCRACIA, es decir, para acceder a ellos se debía gozar de gran reconocimiento popular por obras en beneficio de la sociedad. Como ejemplo, los militares podían acceder a las escuelas especializadas de guerrero jaguar y águila sólo si habían combatido en cierto número de campañas, o si habían capturado a un número específico de enemigos o, más importante aún, luego de haber realizado proyectos en beneficio de su comunidad. Para los mexicas sólo debían acceder al gobierno aquellos que mostraran un compromiso real con la nación.
Se desarrolló en Tenochtitlan un sistema de islas artificiales llamadas “chinampas”, ideadas para producir el doble de cultivos que en tierra. ¿Cómo es que lograban producir el doble? Pues ya que en tierra es necesario cuidar la cantidad de agua y el abono para las plantas, lo que en una chinampa no representa una dificultad, pues ambos elementos están presentes de forma permanente. Además, todos los desechos orgánicos (incluidos los generados por las personas), eran utilizados como abono. Aún hoy persisten las chinampas en Xochimilco.
Las plazas de Tenochtitlan contaban con baños públicos y gratuitos, pues por la extrema limpieza de la sociedad Tenochca el estado promovió la higiene social. Los servicios de los baños públicos eran unas pequeñas casitas para hacer las necesidades fisiológicas básicas, orinar y defecar y se contaba con personal que se encargaba de su limpieza. Los desechos generados se utilizaban como abonos en las chinampas.