Es de mucho recalcar el inminente riesgo al que se expondrán los atletas olímpicos de deportes acuáticos en la justa a desarrollarse en Brasil, debido a que la playa donde se llevarán a cabo competencias, Bahía Guanabara, a pesar de ser sumamente hermosa, está igual de contaminada que Xochimilco en domingo.
¿Cómo se originó el problema? A raíz del desahogue de aguas residuales de las áreas pobladas aledañas; las cuales, sin tratamiento, terminan contaminando las playas, sí, igual que Acapulco en Semana Santa.
El problema es tan grave que según estudios llevados a cabo por la agencia AP, sólo basta consumir tres cucharadas de esa agua para infectarse de enfermedades estomacales, de la piel, ojos, etcétera; como comerte tres tacos en el paradero de Pantitlán.
Lo complicado es que la mayoría de los atletas están dispuestos a competir en esa agua contaminada; recordemos que han practicado toda su vida y no dudarán en tomar riesgos por alcanzar sus sueños.
Ahora es tarde para hacer un cambio de sede o intentar revertir el daño, el cual fue causado porque 7 de cada 10 casas de la región no cuentan con las condiciones necesarias para el tratado de aguas negras y los atletas no pueden prevenir las enfermedades pues esto sería contraproducente con su aparato digestivo. Sería como intentar solucionar el problema de la mala calidad del aire con un doble hoy no circula.
Así que ante tal panorama sólo queda ver cómo se desenvuelve la situación con los atletas y qué acciones se tomarán una vez que ellos hayan participado. Quizá los competidores puedan emerger sanos, si es así, con toda seguridad podríamos proponer la Ciudad como sede a los próximos juegos, pues los participantes ya estarían curtidos ante los problemas de contaminación.