Mercy Belén Anguiano Posada, madre de un bebé que falleció el pasado 11 de octubre dentro de la guardería Happy Kids ubicada en la colonia Universidad, en Toluca, acusó de probable negligencia a los directivos y encargados de la estancia infantil, por lo que exigió justicia para su único hijo.
En conferencia de prensa, relató que el pasado martes, alrededor de las 5:50 de la tarde, le llamaron de la guardería para infórmale que Pavel, su hijo de tan solo diez meses de nacido, presentaba problemas de salud, pero -aseguró- ese día no estaba enfermo, por lo que de inmediato llegó al lugar que se encuentra muy cerca de su trabajo, donde encontró a su bebé ya sin vida.
“Vi a mi hijo, lo tenían tendido en un cambiador, mi hijo ya estaba amarillo, tenia los labios morados y un golpe en la cabeza, sus uñas estaban moradas, pregunté qué había pasado y me dijo (la maestra) que no sabía, que mi Pavel ya no respiraba”, platicó.
Denunció que la guardería no le ofreció el servicio médico profesional obligatorio, ni actuó con base en un protocolo de atención, por lo que su hijo -señaló- no recibió la ayuda que pudo evitar su muerte.
“La maestra le estaba dando respiración de boca a boca, lo único que vi es que no le estaba dando los primeros auxilios de manera conveniente“, platicó.
Recordó que la ambulancia nunca llegó, por lo que con el apoyo de una patrulla y con la esperanza de salvarlo, trasladaron al menor a la clínica Espíritu Santo, que está cerca de la escuela, pero ya nada se pudo hacer.
De acuerdo a los resultados que arrojó la necropsia -informó– su bebé murió a las 5:00 de la tarde debido a una broncoaspiración, pero fue hasta 50 minutos después que los encargados de la escuela se comunicaron con ella, por lo que al llegar al lugar ya había fallecido. Señaló que el médico legista le explicó que su bebé presentó problemas porque no lo hicieron eructar.
Anguiano Posada observó muchas inconsistencias en el caso, entre ellos, que la directora de la guardería, Rosa María “N” – quien era la que cuidaba a Pavel- afirmaba haberle dado leche al niño a las 5:00 de la tarde, a la misma hora que murió, según la necropsia.
“Se me hace imposible que la maestra no se hubiera dado cuenta, fue negligencia. Mi hijo estaba morado, tenía un golpe en la cabeza, ese golpe había sido después de su muerte según datos que arrojó la necropsia”, dijo.
Denunció que al revisar la ropa del pequeño días después, descubrió que olía a alcohol y traía sangre en la parte detrás de la pañalera.
La madre totalmente destrozada presentó la denuncia correspondiente ante el ministerio público, la cual quedó asentada bajo la carpeta de investigación TOL/AC1/00/MPI/064/01027/16/10.
Mencionó que desde mediados de mayo, Pavel asistía a esta guardería donde ella pagaba mil 500 pesos de mensualidad y hasta entonces estaba conforme con el servicio, pues incluso ni a los padres de familia los dejaban ingresar a los salones como una medida de seguridad para los niños.
Sin embargo, refirió que sus familiares entraron después del día de los hechos y observaron que opera en condiciones insalubres, pues encontraron las camas y cobijas muy sucias.
Totalmente destrozada, la madre de Pavel pidió a las autoridades que le den seguimiento al caso de hijo y regular las estancias infantiles para evitar que el caso de Pavel se repita.
“Yo lo único que quiero es que se haga justicia en nombre de mi hijo, no le deseo a nadie esto que me está pasando, no quiero que se vuelva a repetir en ningún lado. Es un dolor muy grande”, expresó.