La carta fue publicada en Facebook, con una introducción que afirma que su autor era un prisionero condenado a muerte por sus crímenes. Presuntamente, su último deseo fue un papel y un lápiz para escribirle una última carta a su madre.
Contrariamente a lo que todos nos podemos imaginar que serían las palabras que este hombre elegiría para su madre como despedida, la carta se trata de un reclamo por la mala crianza que le dio ésta. En el escrito, la hace parcialmente responsable del hombre en el que se convirtió.
Aquí te dejamos la carta:
Madre, creo que si hubiera más justicia en este mundo, tanto tú como yo deberíamos ser ejecutados.
¡Tú eres tan culpable como yo de mi miserable vida!
¿Te acuerdas madre, cuando llevé a la casa aquella bicicleta que le quité a otro niño igual que yo? Me ayudaste a esconderla para que mi padre no se enterara.
¿Te acuerdas madre, cuando me robé el dinero de la cartera de la vecina? Fuiste conmigo al centro comercial y lo gastamos juntos.
¿Te acuerdas madre, cuando botaste a mi padre de la casa? Él sólo quiso corregirme por haberme robado el examen final de mi grado y a consecuencia me expulsaron.
Madre, yo era un niño, luego fui adolescente y ahora un hombre mal formado.
Era sólo un niño inocente que necesitaba la corrección, y no consentimiento. Te perdono, y sólo te pido que le hagas llegar esta reflexión a todos los padres del mundo que sepan que ellos son los únicos responsables de formar, a un hombre decente, o a un vulgar delincuente.
Gracias madre por darme la vida, y gracias también por ayudarme a perderla.
Tu hijo, el delincuente
Después de esto cabe reflexionar ¿Qué tan bien educas a tus hijos?