Un banco de semillas es una colección de especies vegetales en forma de semillas, almacenadas en condiciones especiales para asegurar su supervivencia durante largos períodos de tiempo.
Conservarlas en estados óptimos es de vital importancia, sobre todo cuando éstas se encuentran en peligro de extinción.
Alrededor del mundo existe un gran número de este tipo de bancos, en México hay varios. Uno de ellos es el que pertenece a la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala, el único en México que se enfoca a plantas silvestres y nativas del país, es decir, no son cultivadas.
En la actualidad, refirió Patricia Dávila Aranda, directora de dicha entidad universitaria, los recursos naturales con los que contamos se están perdiendo; algunas comunidades vegetales están en riesgo o altamente amenazadas por la tala inmoderada o la construcción de carreteras, entre otras razones.
Es por ello que se han adoptado acciones de conservación in situ y ex situ. Las primeras se expresan a través de las áreas naturales protegidas, las segundas en reservorios artificiales, como los bancos de semillas.
Recursos en peligro. En México existen entre 24 mil y 30 mil especies de plantas con flores; para recolectar las semillas se regionalizó el país, especialmente las zonas áridas donde se trabaja actualmente.
No todas las especies son susceptibles de ser almacenadas en un banco de semillas, sólo aquellas que tienen un tipo de semilla llamada ortodoxa, las cuales habitan principalmente las zonas áridas y semiáridas; generalmente son pequeñas, resisten la desecación a contenidos de humedad bajos y su almacenamiento a bajas temperaturas, por lo cual pueden mantenerse vivas sin problema.
Afortunadamente, muchas de las especies mexicanas se pueden introducir y conservar en estos bancos, ya que el 60%del suelo es árido o semiárido. “Fundamentalmente tratamos de buscar especies endémicas de México, o las que tienen distribución restringida o los parientes silvestres de plantas cultivadas y si no las protegemos no sólo se terminarían en el país sino en todo el mundo” señaló la doctora Ávila.
En este momento, el Banco de Semillas de la FES Iztacala cuenta con 2 mil 300 especies aproximadamente. Detrás de ellas hay un trabajo arduo, desde la labor de campo y recolección hasta su resguardo, lo que implica seguir un proceso estandarizado largo y también presupuesto, precisó Patricia Dávila.
El Banco de Semillas de la FES nació formalmente en 2003, pero desde 1992 ya se recolectaban varios tipos de semillas con fines de investigación. Este lugar es patrimonio de la Universidad, no tiene ningún interés comercial; su único objetivo es la conservación y la investigación científica.