El parlamento conservador de North West Durham, Richard Holden, ha introducido una nueva cláusula en el proyecto de la ley de salud y atención, la cual busca prohibir los procedimientos tanto de la inspección de las mujeres para ver si su himen está intacto, así como la operación de reconstrucción del mismo.

Según las propuestas, los médicos o parteras que actúen para realizar cualquiera de estos dos procedimientos, podrían enfrentarse a prisión.

Ante la prohibición, se teme a que los procedimientos comiencen a ser criminalizados y los realicen de una manera clandestina.

Los expertos médicos dicen que la cirugía de himenoplastia, que restaura una capa de membrana en la entrada de la vagina, es intrusiva, abusiva y poco científica.

Holden decidió actuar después de que una investigación de la BBC descubrió que las clínicas médicas británicas ofrecían pruebas por 150-300 euros.

Las pruebas de virginidad son una violación de los derechos humanos, según la Organización Mundial de la Salud y las Naciones Unidas.

Practicado en al menos 20 países, no hay evidencia de que pueda probar si una mujer o una niña ha tenido relaciones sexuales, dice la OMS, porque el himen puede romperse por muchas razones, incluido el uso de tampones y el ejercicio.

Los activistas, incluida la Organización por los derechos de las mujeres iraníes y kurdas (IKWRO), apoyan la prohibición.