Debido al COVID-19 hemos modificado drásticamente nuestras rutinas, destacando justamente las medidas de higiene para evitar el contagio. Por ello resulta fundamental hablar de los cubrebocas y la manera correcta de desinfectarlos.
Primero que nada, hay que dejar en claro que de acuerdo con la OMS las mascarillas, comúnmente conocidas como cubrebocas, solo pueden ser eficaces si se combinan con el lavado frecuente de manos y si se tienen las precauciones correspondientes al ponerlas y retirarlas de nuestro rostro.
El organismo mundial agrega que se debe evitar tocar la mascarilla mientras se usa, y en caso de incurrir en este acto involuntario, se deben lavar las manos con agua y jabón, o bien usar gel antibacterial.
Respecto a la frecuencia con la cual se debe cambiar los cubrebocas de tela, la OMS menciona que se debe hacer tan pronto como se comiencen a sentir húmedos y enfatiza que no se deben reutilizar aquellos que son desechables. Y respecto a cada cuándo deben lavarse, los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC), puntualizan que se deben lavar rutinariamente según la frecuencia de su uso.
Una de las ventajas de este tipo de cubrebocas es que pueden ser confeccionados con artículos del hogar o hechos en casa a partir de materiales comunes de bajo costo. Por lo cual si dispones de una blusa o una camiseta que ya no uses, podrías aprovecharla para hacer varios cubrebocas y poder intercalarlos en caso de que necesites salir.
En relación con la manera correcta de desinfectarlos, los CDC argumentan que usar la lavadora es la manera más eficiente. Te recomendamos meterlos en una bolsa o una funda, esto con el propósito de que el material elástico que garantiza el correcto ajuste a la cara, no se desgaste.
Así mismo, puedes lavarlos a mano con abundante jabón y en caso de que se trate de una tela incolora puedes añadir un poco de cloro para garantizar la desinfección, ya que esta sustancia se encuentra en un listado de los desinfectantes más efectivos contra el coronavirus, proporcionada por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés).
Finalmente no olvides lavarte las manos después de quitarte el cubrebocas e incluso después de lavarlo, pues aunque parezca paradójico a veces es mejor prevenir que lamentar. Y listo, usa tu cubrebocas hasta que esté completamente seco o bien, hasta que vuelvas a necesitar salir de tu casa.