La Secretaría de Salud estima que existen más de 26 mil casos de Covid-19 con base a un modelo de evaluación de la pandemia llamado centinela, desarrollado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Estimamos unos 26 mil 519 casos”, señaló el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, en la conferencia de prensa del miércoles, al explicar el modelo centinela, que fue adoptado México para la evaluación de la epidemia y desarrollado por la OMS y la Organización Panamericana de la Salud.
Explicó que dicho modelo “permite tener conocimiento de cómo se comporta la epidemia y cómo se toman las decisiones de control y prevención y, al mismo tiempo, asumir la realidad como es”.
López-Gatell subrayó que este sistema es un método probado de “vigilancia eficiente” que permite saber “cómo se comporta la epidemia y cómo se tienen que tomar las decisiones”.
¿Qué es y cómo opera el modelo? La estrategia de vigilancia centinela fue adoptada por México a partir de 2006.
Dicha estrategia consiste en la recolección, integración, verificación y análisis de información epidemiológica detallada en un reducido conjunto de unidades monitoras.
Este modelo es más eficiente que la vigilancia general, porque obtiene información más exhaustiva y detallada con una inversión menor.
La mayor riqueza de esta información consiste en hacer análisis más completos y, por lo tanto, orientar mejor las intervenciones de prevención y control.
Se lleva a cabo normalmente con la vigilancia basada en indicadores e incluye recopilar datos de un número limitado de sitios de vigilancia de manera sistemática y rutinaria.
Lo ideal es que los sitios se elijan a fin de que sean representativos de la población para que la información recopilada pueda aplicarse a la población en su totalidad.
El modelo sigue en términos generales lo recomendado por el protocolo genérico de la OMS, y es análogo al utilizado por los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de Estados Unidos y por la Agencia de Salud Pública de Canadá (PHAC).
De acuerdo con la OMS, la vigilancia centinela se orienta a monitorear tendencias de la ocurrencia del evento para la identificación de umbrales de riesgo y generación de alertas epidemiológicas.
Además, monitorear las características biológicas de los agentes infecciosos y estimar, de acuerdo a las condicionantes propias de esta estrategia, la carga de enfermedad y demanda de atención en los servicios de salud. También, aplica el monitoreo de los patrones de distribución geográfica y social de la enfermedad.
Se orienta de igual manera al monitoreo de la utilización de servicios de salud, la vigilancia de la mortalidad asociada con el evento y emplear de forma más efectiva y eficiente los recursos humanos y materiales existentes.
Finalmente, orientar y monitorizar el impacto de las intervenciones de prevención y control, y fortalecer la investigación epidemiológica, clínica y de laboratorio y el trabajo multidisciplinario.
A diferencia de los sistemas de vigilancia de amplia cobertura, los sistemas centinela privilegian la calidad y eficiencia de la información.