Javier salió de su casa en Ecatepec para ir por su hijo a la escuela. Era tarde y caminó a la esquina de su casa para tomar un taxi.
Un ruletero se paró frente a él y se subió sin verificar un solo dato. “Todo derecho, voy cerca” le comentó y el taxista no le respondió nada. Sólo lo miró por el retrovisor.
Metros adelante, justo en un tope el taxista bajó la velocidad, un hombre abrió la puerta de atrás, se aventó contra Javier y le puso la cara en asiento.
“Ya valiste madre cabrón, más vale que no hagas ruido porque te pongo en tu madre” fue el saludo que recibió. Lo empezó a esculcar y el taxi seguía avanzando como si supiera a donde iban. Metros más adelante se subió un hombre más, del otro lado de la puerta y entre los dos lo amenazaban.
“Ya sabemos donde vives, donde trabajas y a qué te dedicas”, le dijo uno de los asaltantes mientras sacaba un cuaderno de la mochila que Javier traía.
Como vende zapatos con su esposa, traía cuentas y números de pedidos pendientes. Él asaltante pensó que traía dinero y las amenazas subieron de tono.
“Te vamos a matar y te vamos a aventar a un barranco, mejor saca el dinero”. Javier no traía más que 200 pesos y afortunadamente los asaltantes se dieron cuenta.
Durante unos minutos siguieron avanzando, las amenazas seguían. Llegó el momento y uno de los hombres, le dijo: “Aquí te vamos a dejar cabrón, vas a bajarte del carro, vas a caminar sin voltear y vas a contras hasta 20, lento. Cuando termines abres los ojos y te vas a chingar a tu madre”.
Javier cerró los ojos, por su mente pasaban cualquier cantidad de cosas, pero siguió las órdenes. Esperó los 20 segundos -los más largos de su vida-, y después abrió los ojos. Escuchó que el taxi se arrancó y cuando volteó ya no había nadie. Estaba en un lugar que no conocía, pero a salvo. Casi una hora dando vueltas en el taxi.
No realizó ninguna denuncia, el miedo lo invadió por completo. Cambió su ruta al trabajo, incluso pensó cambiarse de casa. Este tipo de asalto se vuelve frecuente y la gente sigue cayendo porque no toma las mínimas medidas de precaución.
Verificar si tiene placas de taxi, si el rotulado es el correcto e incluso si el chofer es de confianza. Más vale prevenir, que lamentar.