En la Linea 3 del Metro se materializó la psicosis desatada por el asesinato de Fátima… y por el deseo de ganarse los 2 millones de pesos de recompensa que ofrecen por la entrega de la mujer a la que se ve en un video llevándose a la pequeñita, hallada muerta en Tláhuac.

Todo empieza con un acto de amabilidad, una mujer mayor sube al vagón que se dirige a Universidad y una jovencita le cede el asiento. Pero la mujer mira fijamente a la doñita hasta que le dice “¿es usted?”. La mujer no entiende, pero son otros pasajeros los que secundan a la joven: “Es la mujer que se llevó a Fátima”. En efecto, la mujer tiene algunas características similares (como millones de doñitas más) a las de la mujer que se llevó a Fátima, cuyo cuerpo aparecería un par de días después en bolsas de basura.

El jaloneo empieza y entre los pasajeros que están haciendo prácticamente un arresto civil, también se escucha decir. “la recompensa es de 2 millones”. Todo está viajando en el metro, la psicosis por el caso de la niña Fátima y el esplendor del dinero que el gobierno capitalino ha dispuesto para quien capture a la secuestradora y muy probablemente asesina.

La mujer es retenida, dice quién es, pero ya no es factible que salga fácilmente de este enredo que la ha alcanzado en la estación del Metro Copilco.

La palanca de emergencia es jalada y el convoy se detiene. El alboroto hace llegar a policías y personal del Metro. La mujer y sus denunciantes bajan, confrontan a la señora que, es evidente, va perdiendo parecido con aquella del video conforme se enfrían los ánimos. La identificación es un falso positivo, el Metro vuelve a avanzar y en él va la ciudadanía con la psicosis Fátima y el sueño de 2 millones de pesos