Viven a un costado de las vías, y los familiares de los ferrocarrileros ocuparon los 31 vagones de metal que la empresa abandonó.

Algunos la llaman “el Cementerio de Trenes”, otros la  colonia de los ferrocarrileros, lo cierto es que aquí, en la colonia San Luis Tlatilco, en Naucalpan, las vías del tren y algunos vagones, sirven de techo para cientos  de familias que desde hace poco  más de 20 años ahí  se asentaron.

Poco más de 2 mil personas viven de manera irregular a un costado de las vías, y los familiares de los ferrocarrileros ocuparon los 31 vagones de metal que la empresa abandonó.

Los 15 kilómetros de vías del ferrocarril a Acámbaro que atraviesan Naucalpan, están invadidas por casas provisionales hechas de madera cartón y hules, y que dan cobijo a cientos de personas que trabajaron en Ferrocarriles  Nacionales.

 

Los ferrocarriles no son los únicos, familias que nada tenían que ver con la empresa también construyeron su hogar en esa zona.

Los habitantes aseguran que el tren ya no pasa y por tanto no hay peligro, sin embargo el tren sigue funcionando,  aunque ya no hace el recorrido completo como antes.

“De vez en cuando se acerca por aquí, (el tren)  porque descargan costales de harina  a la harinera que está aquí, en San Bartolo,  y de ahí se regresa ya no hace el  recorrido completo” comentan a Letra Roja los vecinos de la colonia San Luis Tlatilco y agregan que cuando el tren se acerca, sus viviendas se cimbran.

Entre la modernidad del recién inaugurado Centro Comercial Toreo Parque Central y el Periférico, se encuentran este lugar “perdido”. La mayoría de las personas trabaja en las fábricas de Cierres Rex, uniformes Industrial, limpiadores y desengrasantes,  servicio internacional de entregas, global express,  lonas, mantas.

Desde la calle del Caribe hasta la de Haití, sus habitantes ven trascurrir los días entre polvo, basura, perros y autos.