Entre las mojoneras, (Colindancias), de los municipios de Tenango del Aire y la localidad de Temamatla, se encuentra un centro ceremonial que data más de mil años, el cual se encuentra en peligro de desaparecer, entre las figuras más sobresalientes está, “La Serpiente Cósmica”, una piedra basáltica donde todavía se aprecia una serpiente abriendo sus fauces con la cara de Quetzalcóatl, (La Serpiente Emplumada).
A invitación de un grupo de personas amantes del arte, historia y de la gastronomía, como Arturo Chavarría Rodríguez, Gustavo Adolfo Ahumada García, el cronista del municipio de Tenango del Aire, Julio Salamanca Méndez, Ricardo Díaz Galván, la profesora en pedagogía, Ana Laura Díaz Rodríguez y el Chef internacional, e investigador del arte culinario prehispánico, Carlos Reyes Moreno, nos dimos a la tarea de ir a varios parajes donde se encuentran vestigios de la cultura precolombina.
Lejos de la civilización nos adentramos hacia los parajes del, “Ejido” y Loma Bonita”, donde todavía se puede ver los sembradíos de Maíz, como a 7 kilómetros hacia el sur de los municipios de Tenanago del Aire y de Temamatla, llegando y antes de entrar el cronista municipal, Julio Salamanca Méndez, también representante del grupo de la Mexicanidad, con su caracol y oraciones a la tierra y a los cuatro puntos cardinales, toco para que los Dioses dejaran entrar a la zona arqueológica y centro ceremonial, “La Serpiente Cósmica”, el cual entramos entre la maleza y la hierba crecida.
Muy pocas personas saben de la existencia de este paraje prehispánico, en donde se conjunta más de mil años de historia, éntrelas piedras basálticas, se aprecia a la rana, este animal anfibio, fue muy importante para las culturas mesoamericanas, tanto para los Mayas como el altiplano central, ya que, al Croar de las ranas las asociaban con la llegada de las lluvias, el cual era el ciclo de siembra del maíz, eran ataviados de manera azul, por lo que los investigadores han interpretado que se trataba de los Tlaloques, (TLÁLOC), y esto sucedía en la fiesta de Tozoztontli, celebración dedicada al maíz, las cuales eran sacrificadas y asadas, para su comida,
En otra roca, existen bajorrelieves de la figura del Ozomatli, (Dios Mono), según el cronista municipal, Julio Salamanca Méndez, se trataba del Dios de la alegría, donde después de azar a las ranas y se las comían, daban rienda suelta a la risa, no antes de orar al Dios Mono.
Entre las figuras prehispánicas, se logra ver un círculo con el Dios de la Lluvia y el Trueno, (Tláloc), el cual su interpretación con los estudios realizados se trata de un centro ceremonial, donde se pedía al Dios pagano, de la Lluvia y el Trueno, que las lluvias fueran suficientes en sus sementeras y no padecer el alimento del maíz, y con esto tuvieran una gran cosecha para todo un año.
En el centro ceremonial, está la Serpiente Emplumada, Quetzalcóatl, (La Serpiente Cósmica), donde se aprecia a simple vista una gran serpiente con sus fauces abiertas, entre en medio de su boca, sale la figura de Quetzalcóatl, todavía y a pesar que han pasado más de mil años, se puede admirar los colores pintados a lo largo de la serpiente emplumada, según los historiadores se sabe que, los originarios del lugar, realizaban sacrificios humanos, ya que en la cabeza de la serpiente existe una apertura donde se colocaban los corazones de los sacrificados, sin embargo para el cronista municipal, Julio Salamanca Méndez, se trata de un pocito donde le ponían agua para orar.
La serpiente en la época prehispánica, fue muy importante para las distintas culturas, por su complejidad simbólica, su relevancia data desde muy remotos años, las investigaciones dan como resultado desde la época Teotihuacana, el cual es el símbolo del poder político, que ejercían los gobernantes, (Tlatoanis), y el cual aparece en los atavíos de los diferentes Dioses mesoamericanos, donde destacan en la en la falda de la Coatlicue, madre de Huitzilopochtli, así mismo entre la cultura Maya, se le conoce como, Kukulcán, Dios de la Lluvia y el Trueno, y en el altiplano central, se le conoce como, Ehécatl-Quetzalcoatl, Dios del viento y de la sabiduría.
Tras de realizar todos los del grupo que nos acompañaron hacia la zona ceremonial de, “La Serpiente Cósmica”, nos dirigimos hacia otro paraje no menos importante, en donde se camina de la carretera de terracería, como un kilómetro, entre las hierbas y un camino accidentado, al llegar a este lugar hay una piedra de un metro y medio de largo y casi un metro de alto, se cree que, es una estela astronómica, ya que se aprecia como escalones, más bien en los estudios se puede definir como, “Los Códigos del Universo”, sin embargo falta por redescubrir otras rocas inscritas, (Petroglifos), por lo que se invita a los eruditos en la materia de estudios prehispánicos, a conocer estos petrograbados, antes que el tiempo los desaparezcan.
Cabe destacar que, en la Casa Vidalco, el Chef internacional, Carlos Reyes Moreno, nos brindó alojamiento, y el grupo anfitrión nos ofreció un suculento alimento a base de elotes hervidos en el comal y carne asada, el cual todavía hay tela de donde cortar, ya que iremos después a conocer otras piedras basálticas como la, “La Mujer Muerta”, “Petrograbados”, y parajes coloniales de los “puentes y acueductos”, de los siglos XVIII y XIX.