Construyeron sus casas en vagones de ferrocarril y ahora tienen televisión por cable

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“Al principio fue por necesidad, pero ahorita ya no. Si te das cuenta muchos de ellos tienen carros, negocios y televisión por cable, eso ya no es necesidad”.

Para algunas personas vivir en vagones de ferrocarril no es pobreza, son ganas de salir adelante. Para otros, vivir en los vagones del tren, tienes negocios, carros y SKY no significa ser pobre, es un descaro.

Se trata de cerca de 300 familias que por décadas han vivido al interior de vagones de ferrocarril sobre la calzada Los Gallos, en la delegación Miguel Hidalgo. En su mayoría son familiares de antiguos trabajadores de Ferrocarriles Mexicanos que decidieron asentarse en los viejos vagones esperando que les construyeran casas, cosa que nunca ocurrió.

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Con el paso del tiempo, los vagones fueron insuficientes, por lo que decidieron construir alrededor de ellos. Ahora hay casas de uno y dos niveles con estacionamiento y accesoria. De paso, también instalaron antenas de SKY y levantaron una capilla para honrar a la Virgen de Guadalupe, sabiendo que la delegación no se podía meter con ellos, ya que donde están asentados (en las vías del ferrocarril) es propiedad federal.

La calzada de Los Gallos es lo único que divide a estas familias de las demás casas bien asentadas. Y son precisamente ellos, sus vecinos, quienes rechazan que sigan allí.

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En entrevista para Letra Roja, vecinos del lugar señalan que ellos ya no deberían estar ahí. “Al principio fue por necesidad, pero ahorita ya no. Si te das cuenta muchos de ellos tienen carros, negocios y televisión por cable, eso ya no es necesidad”.

“La mayoría de la gente que vive aquí no tiene necesidad de vivir en estas condiciones, me consta porque tuve algunos compañeros de la primaria que vivían en el campamento. En México se premia al vival y no al que se parte el lomo trabajando de sol a sol”, advierte un vecino de las calle Fausto y Antúnez. De hecho, ellos han optado por poner una reja en la entrada de su calle para tener más control de los transitan sobre ella.

Letra Roja pudo constatar que los vagones que se encuentran entre el casco de Santo Tomás y el deportivo Plan Sexenal quedaron rodeados por las casas de familiares de los ferrocarrileros. Por el otro, está el patio de Ferromex donde aún llegan ferrocarriles cargados de cebada, frijol, maíz y otros productos.

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Para los habitantes de las vías este es el único lugar que conocen y aquí seguirán. “De los originales que se asentaron aquí, quedan pocos, algunos se fueron y otros construimos aquí, y estamos a la espera de que nos den algo mejor”, señala Antonio un mecánico cuyo padre era ferrocarrilero y por eso se quedó a vivir ahí.

Dice no recordar a qué edad llegó, pero calcula 30 años atrás, tiempo en que han recibido promesas de reubicación… pero nada, no pasa absolutamente nada. Ahora piden más seguridad, alumbrado público, drenaje y programas sociales.

La mayoría de las familias tienden su ropa sobre la banqueta con el riesgo de que se la lleve el aire o se la roben.

Mediante un recorrido que realizó Letra Roja, se pudo constatar que en algunas partes, la vegetación tapó las vías y ruedas de los vagones donde viven las más de 300 familias, quienes de día o de noche tienen que aguantar el ruido de la locomotora.

Fuente : Letra Roja

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