Un equipo de científicos de la Universidad de Manchester (Reino Unido) ha logrado crear unas membranas de óxido de grafeno que no se agrandan en contacto con el agua y que son capaces de tamizar las sales comunes. Transformar el agua de mar en agua potable podría proporcionar este preciado bien a millones de personas en el planeta que tienen dificultades para acceder a fuentes adecuadas de agua limpia.
Hasta ahora, sin embargo, no se podían tamizar las sales comunes porque requerían tamices aún más pequeños y las membranas se hinchaban al ser sumergidas en agua, con lo que las sales más pequeñas aún seguían filtrándose junto con el agua.
Para resolver este problema, los científicos diseñaron una estrategia para para evitar la inflamación de la membrana cuando se expone al agua. De esta manera, al filtrar el agua salada, esta ya sí es segura para beber, pues hasta las sales más minúsculas quedan atrapadas en este filtro, ya que el tamaño de los poros puede controlarse con enorme precisión para poder separar la sal disuelta en agua u iones y moléculas, ajustando el tamaño al de estas partículas.
Existen ya varias de las principales plantas de desalinización en todo el mundo a través de las membranas basadas en polímeros para filtrar la sal, pero el proceso es todavía en gran medida ineficaz y costoso, por lo que encontrar una manera de hacer que sea más rápido, más barato y más fácil es un objetivo enorme para los investigadores