Coppel consuma desaparición de Viana

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La desaparición total de esta marca en el rubro de mueblerías, exhibe la falta de competencia económica que existe en el país.

Al ritmo del modernismo, la capital mexicana se ha vuelto un lugar nostálgico donde cada vez hay menos negocios fuera de los consorcios, que sobreviven al embate comercial. Esta situación también golpeó a los grandes, como es el caso de Viana que terminó por no adaptarse a los nuevos tiempos y cayó en manos de Grupo Coppel, que por su parte pareciera que desea convertirse en el Oxxo de las mueblerías, con una sucursal casi en cada esquina.

Foto: Tomada de internet.
Foto: Tomada de internet.

Devorador de tiendas

En marzo del año pasado, se concretó la venta de 51 tiendas Viana repartidas en todo el país, luego de que un mes antes, la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) autorizara la transacción, sin que hasta el momento se haya especificado el monto exacto por el que fueron vendidas.

En aquel tiempo los altos mandos de la cadena sinaloense informaron el desembolso de 2 mil quinientos millones de pesos que incluía la compra y la inversión inicial para remodelar cada una de las sucursales adquiridas, con las que incrementarían su presencia principalmente en el Valle de México, al pasar de 30 a 48.

La razón de la venta fue básicamente que Viana, de gran presencia en el centro y sur de la República, se hizo viejo. No porque sus instalaciones se hayan degradado en su totalidad, sino que dejaron de actualizarse en cuanto a líneas de crédito, artículos demandados y ofertas que pudieran mantenerlos en la competencia y nos los hiciera perder clientes, como terminó por suceder.

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Foto: Tomada de internet.

Ni la marca quisieron

A lo largo de 60 años, estos almacenes se hicieron de un fuerte nombre, e incluso se podría decir que junto con Famsa dominaron el mercado de las tiendas departamentales en los noventas. Por ello se pensó que las tiendas adquiridas permanecerían bajo esa marca, tras recibir una “manita de gato” e implementarse la línea de crédito que tanto éxito le ha dado a Coppel.

No obstante, tras el anuncio oficial, el presidente y director general, Agustín Coppel anunció que la marca desaparecería poco a poco, debido a la dificultad que implicaba manejar dos nombres de este tipo en un mismo grupo.

Actualmente, una de las sucursales más conocidas de Viana, la del predio de Insurgentes número 3, ya no luce el enorme logo de la marca, mismo que por muchos años fue referencia para los capitalinos en el cruce con Puente de Alvarado. Tampoco luce un letrero de los nuevos dueños, pero los comerciantes aledaños aseguran que desde enero de este año entró en funciones.

Así mismo sucedió con las demás sucursales que por años formaron parte del escenario chilango, como la de Avenida Jalisco en Tacubaya, la de Avenida Vasco de Quiroga en el pueblo de Santa Fe, o la de Rojo Gómez, una de las muchas que había en Iztapalapa. Todas y cada una de las 51 adquiridas, lucen ahora las fachas color crema, adornadas con enormes letreros azules y amarillo.

Cambio duro pero positivo

En cuanto al personal contratado por Viana, un total de 8 mil empleados, la historia es más alentadora. Tras la compra, los directivos sinaloenses no mencionaron si serían removidos o permanecerían, únicamente manifestaron que se sumarían 2 mil 500 a los más de 80 mil 600 ya existentes.

José un trabajador de Viana que vivió la transición, y quien prefiere guardar su verdadera identidad por cuestiones de seguridad, aseguró a Letra Roja que el proceso fue muy amable, y que incluso sorprendió a todos sus compañeros quienes ya se veían en la calle.

Recuerda que ente pasillos se comentaba la venta desde finales de 2014, cuando Grupo Coppel lo solicitó a la Cofece. Aunque todos estaban temerosos de su futuro, la nueva administración habló con ellos y les comentaron los cambios que habría, entre ellos un pequeño aumento de sueldo, aunque también las responsabilidades cambiarían.

La mayoría se mantuvo, asegura José, quien no oculta la dificultad que le ha causado aprender los nuevos procesos, más estrictos y detallados que con el viejo sistema. Salvo algunos que vieron el fin de ciclo como una oportunidad para cambiar de aires, casi todos optaron por mantener su trabajo, máxime en estos tiempos que hay crisis de desempleo.

Foto: Letra Roja.
Foto: Letra Roja.

Monopolio a la vista

Con esta maniobra, Coppel reforzó más su liderazgo entre las tiendas departamentales. Datos de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), indican que antes de la compra este grupo contaba con mil 139 puntos de venta, entre tiendas, zapaterías y la tienda en Internet, con lo que generaba un 34.2 por ciento de total de los ingresos generado por este conglomerado, el cual cabe resaltar no incluye a Elektra y Famsa, sus competidores directos.

Enseguida aparecen Liverpool con un 30.5 por ciento, lejos está Sears con 10.1, Palacio de Hierro 9.1, Suburbia 6.5 y Sanborns 6.1. Con esas cifras la competencia pareciera un tanto pareja, acorde a su público objetivo.

No obstante, en cuanto a puntos de venta, nadie se acerca siquiera a Coppel. A diferencia de los casi 2 mil que aspiran a alcanzar con la compra de Viana, la que más cerca aparece es Sanborns con 172, mientras que al final de la fila se ubica Sears con 83.

Este panorama nos lleva a preguntar si este tipo de prácticas son monopólicas, o si en algún momento las circunstancias de mercado obligarán a cada mexicano a comprar únicamente en Coppel.

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